Al acudir a un nuevo interrogatorio judicial, el expresidente de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, negó los cargos de corrupción que se le imputan y se dijo víctima de una persecución política.
El exmandatario compareció ante el juez Sergio Moro, quien en julio pasado lo sentenció a casi 10 años de cárcel por presuntamente recibir de la empresa Odebrecht un terreno y un apartamento.
Durante la diligencia, Lula Da Silva rechazó las acusaciones e incluso cuestionó públicamente la imparcialidad del magistrado responsable de su caso.
Tras la audiencia, el exmandatario pronunció un discurso ante miles de sus seguidores congregados en el centro de la ciudad de Curitiba y ahí denunció a la Fiscalía de acusarlo sin pruebas.
“Después de años grabando mis llamadas telefónicas, grabando a mi mujer, a Dilma y a mí, hasta ahora no encontraron ninguna verdad en las acusaciones. En todo momento veo a la gente haciendo campaña contra mí, difamando mi nombre, sin ningún respeto, no importa el tamaño de la mentira”, arengó.
Tal y como lo ha hecho desde el inicio del proceso en su contra, Lula Da Silva se dijo objeto de una persecución política, que se incrementó a partir de anunciar su intención de participar en las elecciones presidenciales del año próximo.
Lula da Silva, quien gobernó Brasil entre 2003 y 2010, lidera las encuestas para ocupar nuevamente la Presidencia de Brasil.
(Con información de Notimex)
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