Un club gay fue el escenario de un atentado que dejó 50 muertos y otras 53 personas heridas la madrugada de este domingo. La policía sugiere un “ataque masivo de odio”, pero no descarta la posibilidad de lazos con Estado Islámico (EI)
En Orlando, Florida, Omar Saddiqui Mateen, de 29 años, murió en el club Pulse en manos de la policía luego de que iniciara el tiroteo dentro del centro nocturno.
“Parecía que tenía todo organizado y bien preparado”, aseguró el jefe de policía local, John Mina. El tirador tenía un arma de alto calibre, una escopeta y “otro tipo de dispositivo” que hasta el momento no se ha especificado su contenido.
Mateen comenzó a disparar alrededor de las 2:00 horas, en un intercambio de balas entre éste y el policía que resguardaba el lugar, luego de que entrara abruptamente.
La policía local recibió llamadas de emergencia de las personas que estaban dentro de lugar. Por lo que se envió vehículos blindados y fuerzas especiales S.W.A.T. para controlar la situación, lo que ayudó para rescatar a 30 personas.
El equipo especial llevó a cabo una explosión controlada para derribar la puerta que bloqueaba el acceso al sitio, según comentó la policía de Orlando a CNN. A continuación las autoridades dispararon y mataron a Mateen en la misma escena del crimen.
En conferencia de prensa, los oficiales estadounidenses sugirieron que el ataque tiene motivaciones de odio. Aunque cabe resaltar que el portavoz de la policía de Estados Unidos, Bill Nelson, dijo “que hay ciertas conexiones con Estado Islámico”, pero precisó que aún no están aún seguros de todos los hechos.
“La idea de que sean actos de terrorismo no está fuera de la mesa, pero lo más probable es que no haya sido el principal propósito. Hay algunas evidencias que sugieren un motivo específico a este tipo de comunidades, evidentemente”, señalaron las autoridades.
Las investigaciones siguientes determinaran si fue un crimen por terrorismo o un ataque masivo de odio contra las personas homosexuales.
Antes de este domingo, el peor atentado con armas de fuego en Estados Unidos se dio en Virginia Tech, en 2007, y en la escuela primaria Sandy Hook, en 2012, que dejaron un saldo de 32 y 27 muertes respectivamente.
iesz