Las grandes empresas españolas con presencia en México están moderadamente optimistas ante la renegociación del mayor pacto comercial del mundo, el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), pero permanecerán en el país latinoamericano “pase lo que pase”, según un estudio de la Fundación Alternativas.
Ramón Casilda, autor de un reciente estudio sobre la cuestión para la Fundación Alternativas; destacó que todas las empresas consultadas lo ven igual: México es un destino interesante para sus inversiones, “con o sin TLCAN”.
Detalló que México ofrece oportunidades en electricidad, hidrocarburos y telecomunicaciones, de reciente liberalización, y aunque el TLCAN otorga mayor seguridad jurídica y posibilidades de acceso al mayor mercado del planeta, las multinacionales españolas con presencia en México seguirán ahí sin importar cómo acabe la renegociación del acuerdo.
“Salvo en autopartes y componentes, las firmas españolas no tienen gran exposición al tratado”, apunta el analista y profesor de la Universidad de Alcalá de Henares, quien ve en la menor actividad económica y el tipo de cambio el mayor riesgo para las empresas españolas con intereses en México.
Los beneficios obtenidos en pesos, se convierten a euros en las cuentas consolidadas de todas los gigantes españoles con presencia en el país norteamericano: desde BBVA a Santander, pasando por Telefónica, Inditex o Acciona, refirió.
Admitió que hay algunos riesgos; la suerte del TLCAN puede afectar la estabilidad del peso, lo que podría mermar las ganancias españolas al pasarlas a la moneda europea. Además, hay que añadir el crecimiento económico mexicano que se ralentizaría, lo que conllevaría una disminución en beneficios de las empresas ibéricas, en especial “aquellas focalizadas en el sector servicios”.
El sector financiero es, por mucho, el de mayor presencia española en el país norteamericano; BBVA, a través de Bancomer, y Santander controlan conjuntamente el 40% del mercado nacional. El banco presidido por Francisco González obtiene en México casi la mitad de su beneficio global: gana un 60% más que en España con la tercera parte del crédito concedido.
El escenario base tanto de BBVA como de Santander sigue siendo el de la permanencia del tratado en su versión actual o el de su renegociación en positivo para los tres países; el economista jefe de BBVA Bancomer, Carlos Serrano, ve una probabilidad del 30% de que México abandone el TLC, “un acuerdo que ha sido bueno para los tres países y que no tendría sentido deshacer”.
Inclusive en el hipotético caso del escenario más adverso para el TLCAN, -la ruptura del acuerdo-, “los planes de inversión de BBVA en México no se verían modificados” mayormente, aseveró Serrano.
“Este país tiene mucho margen de crecimiento de crédito y, aunque nos gustaría que la renegociación del TLC fuese favorable, nuestras cifras de inversión siguen siendo las mismas que antes de que Donald Trump ganara las elecciones”, agregó.
Por su parte, la entidad que preside Ana Botín, cuya filial mexicana aporta el 8% de su beneficio total y registra uno de los ritmos de crecimiento más rápidos de entre las unidades de negocio del grupo, mantiene sus planes de expansión en los próximos años en la segunda mayor economía de América Latina.
“Las filiales de los bancos españoles en México se rigen por la ley societaria mexicana, así que la matriz solo se vería perjudicada a la hora de repatriar beneficios: no habría ninguna contaminación financiera o de riesgo económico, sino simplemente menores beneficios distribuidos a la matriz por la depreciación del peso”, agrega Casilda.
En la misma línea, el director general del Sabadell en México, Francesc Noguera, no prevé ningún cambio en su estrategia incluso si se concretase la salida de EU del tratado: “Confiamos plenamente en la economía mexicana; el TLC no mueve nuestro proyecto inicial”. El banco español, que se encuentra en plena fase de expansión hacia el segmento de banca minorista, prevé duplicar su base de crédito en los tres próximos años, independientemente de lo que suceda con el pacto comercial norteamericano.
En otros sectores, el gigante energético Iberdrola apenas ve daño sobre su negocio en caso de ruptura. “Nada que afecte al desarrollo de México nos interesa”, reconoce una portavoz de la empresa. “Pero no vemos un impacto directo”.
El 80% de los contratos en México de la eléctrica española están denominados en dólares, por lo que el riesgo de tipo de cambio queda acotado al 20% de los ingresos. Entre Iberdrola y Gas Natural Fenosa controlan casi la quinta parte de la generación de electricidad en México y la mitad de la energía eólica. Sus planes de inversión permanecen intactos ante los vaivenes de la renegociación trilateral.
La incertidumbre en torno a la actualización del TLCAN, que une a EU, México y Canadá desde 1994 tampoco ha frenado el interés por el país latinoamericano de empresas que todavía no han desembarcado: la última gran compañía de origen español en mostrar interés por su enorme mercado de casi 130 millones de consumidores, ha sido Repsol que medita su desembarco en el sector de las gasolineras.
“La importancia de México para España va más allá de lo económico: es un país bisagra para entrar a EU. Donde más empresas hay instaladas fuera de España, es en México: cinco mil 800 en total. Es un mercado estratégico”, añade Casilda.
Los empresarios españoles tienen negocios en México por más de 40 mil millones de euros; España es el segundo mayor inversor en México, solo atrás de EU. Y México es el cuarto destino predilecto de sus inversiones.
España “es firme y va a seguir; se demostró en Argentina, con el corralito, y en Brasil, con la profunda crisis de los últimos años: las empresas españolas siguen ahí invirtiendo y apostando por esos países. Incluso si se acaba el TLCAN, con México ocurrirá lo mismo”, concluyó.
(Con información de El País)
aml