Este martes el FBI llevó a cabo la operación “Juego de campeones” como parte de las investigaciones que, en seis estados del país y con 200 agentes, está realizando con la intención de encontrar a todos los responsables de una red de sobornos que abría pasó a jóvenes para ingresar a universidades de prestigio sin tener que hacer exámenes de admisión.
El escándalo, que hoy fue tendencia en el mundo de las redes sociales y, en particular, en Estados Unidos, involucra a varias estrellas de Hollywood entre quienes destacan Felicity Huffman y Lori Loughlin, incluso la primera actriz fue detenida para comparecer ante el juez, lo cual implica ya una acusación directa de parte de las autoridades porque Huffman habría pagado 15 mil dólares para que su hija ingresara a la universidad.
Este es el mayor escándalo en la historia de este país en relación con las universidades y su sistema de admisión, en particular, Georgetown, Yale y Stanford, además de Ivy League.
De acuerdo con los primeros informes, esta trama de corrupción implica a más de 50 personas quienes, entre 2011 y 2017, hicieron circular 25 millones de dólares como parte de los costos para que jóvenes de familias adineradas ingresaran a las universidades sin cumplir con los requisitos que estas establecen. Esas personas son los mismos padres de familia, a quienes directamente acusó el fiscal, además de entrenadores deportivos y estrellas del espectáculo. Las investigaciones aún no delimitan el grado de involucramiento que tuvieron los jóvenes estudiantes ni tampoco se ha determinado qué hacer con su historial académico una vez que ingresaron de manera indebida a estas instituciones. No obstante, el fiscal fue muy claro al señalar que las “auténticas víctimas (…) son los estudiantes que se quedaron fuera del proceso para que entraran jóvenes mucho menos cualificados porque sus familias pagaron por su acceso”.