El expresidente panameño Ricardo Martinelli enfrenta un nuevo golpe judicial. Esta vez la Corte Suprema de Justicia de Panamá aprobó enjuiciarlo por un caso más de espionaje realizados durante su gestión gubernamental, que se desarrolló entre los años de 2009 y 2014. En esta ocasión, se le juzgará por los actos de espionaje telefónicos a amigos y enemigos, desde periodistas, opositores, sindicalistas e indígenas, hasta socios y colaboradores de su círculo político más cercano.
“Soy un perseguido político y no seré el último”, declaró Martinelli en su cuenta oficial de Twitter este lunes. Hasta ahora, la red social se ha convertido en su principal mecanismo de comunicación para replicar o contestar a los cuestionamientos que se esgrimen hacia su persona y hacia su etapa como presidente.
El pleno de la Corte de Justicia panameña decidió abrir una causa contra Martinelli por supuestos delitos contra la seguridad informática, asociación ilícita, inviolabilidad del secreto, derecho a la intimidad, peculado y abuso de autoridad. Se detalló que la causa se tramitará en forma paralela a otro proceso que desde el mes de mayo se inició en contra del exmandatario, quien también es un próspero empresario de las cadenas de supermercados. Se le acusa de supuestas irregularidades en el manejo de fondos gubernamentales para suministrar alimentos a escuelas pobres, al amparo de “programas sociales”.
“Martinelli espió a todo el mundo desde 2009”, aseguró el abogado panameño Miguel Antonio Bernal, quien es catedrático de la Facultad de Derecho de la Universidad de Panamá. Además, quedó registrado por la Corte como uno de los ocho querellantes de la acusación por el caso de “los pinchazos telefónicos” contra Martinelli. Desde finales de enero de 2015 el expresidente se refugia en Miami para evitar los juicios en Panamá.
El caso del espionaje telefónico está relacionado con negocios turbios en la compra de equipos especializados para tales fines en Israel. En ese sentido, las declaraciones ante el Ministerio Público en Panamá de Gustavo Pérez, quien fue secretario ejecutivo del Consejo de Seguridad y director de la Policía durante el mandato de Martinelli, reveló que el expresidente construyó en su gestión una estructura clandestina de espionaje que tuvo por objetivo atacar la intimidad de empresarios, políticos, periodistas, sindicalistas e indígenas. Funcionaba desde el despacho presidencial.
(Con información de El País, de España)
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