El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, muy a su costumbre volvió a causar controversia al asegurar la noche del pasado lunes que en varias ocasiones ha matado a “criminales” cuando era alcalde de Davao, la tercera ciudad más grande y poblada del país. “Sólo era para dar ejemplo a los policías”, justificó en un evento al que asistió principalmente líderes empresariales.
“Yo iba por Davao con una moto y patrullaba las calles en busca de problemas para tener una confrontación y así matar drogadictos. Sólo para enseñar a los policías que si yo podía hacerlo, ¿por qué ellos no?”.
Sin embargo, esta no es la primera vez que el mandatario acepta haber cometido tales hechos. En 2015, admitió haber matado a tres personas sospechosas de secuestro y violación, también en Davao.
"Cuando dices algo como eso, te estás exponiendo, ¿verdad? Él lo dijo, así que legalmente puede enfrentarse a un proceso de destitución", advirtió este miércoles el senador Richard Gordon.
Por otra parte, Duterte fue acusado el pasado viernes de asesinato, secuestro y tortura ante el defensor del pueblo por un filipino que dijo haber servido de sicario al mandatario. No obstante, la querella contra el jefe de Estado no puede avanzar pues goza de fuero dado su cargo.
El denunciante declaró ante el Senado de ese país que formó parte de los “escuadrones de la muerte” que organizó líder como alcalde de Davao para limpiar la ciudad de delincuentes. Afirmación que Duterte negó.
Desde su investidura, el 30 de junio, Duterte, arrancó su sangrienta campaña contra las drogas, que ya dejó cinco mil 927 víctimas, de las cuales dos mil 86 murieron en operaciones policiales y las restantes tres mil 841 a manos de grupos civiles que se toman la justicia por su mano.
(Con información de EFE)
cdr