Según Ricardo Aguilera y Lorenzo Díaz, la producción erótica de Milo Manara evidencia “todos los defectos y virtudes del cómic erótico actual”. Aseguran de “El Click” (1984) que “El dibujo es perfecto, limpio y elegante; el contenido nulo y sin interés: se limita a enlazar una anécdota sexual tras otra”.
Los protagonistas de los dibujos de este artista poseen matices andróginos, libidos insaciables, códigos amorales y, sin embargo, suelen estar bañados por una infantil inocencia. Las chicas de Manara en fase de máxima excitación son una turbadora mezcla entre la voraz ninfómana entregada a sus vicios y la cándida colegiala que se aplica en los deberes que más le gustan.
Milo Manara, cuyo verdadero nombre es Maurillo Manara, siempre tuvo vocación por la pintura. De hecho intentó vivir de esta sin éxito hasta que se convirtió en asistente del escultor español Miguel Ortiz Berrocal, en cuya biblioteca descubrió el mundo del cómic.
Durante sus estudios de arquitectura en la Universidad de Venecia, en 1968, Manara lanzó su primer cómic, Genius, una combinación de género negro y erotismo publicada en formato de bolsillo.
En 1972 dibujó la serie Jolanda de Almaviva, con guion de Francesco Rubino, y paralelamente realizó carteles y otros trabajos gráficos para agrupaciones políticas. Fruto de su concienciación social en esa época son sus diversos cómics con un marcado mensaje político, como Alessio il Borghese, Telerompo y Strategia della Tensione (para el partido socialista italiano), todos con guion de Sileverio Pisù. Con el mismo guionista realiza en 1976 El Rey Mono, adaptación de una leyenda folclórica china, aparecida en la revista Alter.
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