Disfrazadas de instituciones para tratar el alcoholismo y otras adicciones, cientos de homosexuales y transexuales son ingresados por sus familias en estos centros que prometen curar la homosexualidad de manera clandestina. En Ecuador hay más 200 clínicas que por 800 dólares estadounidenses al mes dicen sanar una enfermedad a base de tortura emocional y física.
A través de la serie fotográfica “Hasta que cambies”, Paola Paredes cuenta los brutales tratamientos diarios que reciben los "pacientes" de estas clínicas de conversión para homosexuales y transexuales. Es el resultado de una investigación a fondo. No sólo entrevistó a varias mujeres que habían estado encarceladas y habían sufrido abusos en estos sitios, sino que visitó una de estas instalaciones buscando más información, llevando un micrófono escondido en el sujetador. Además, recreó en esta serie de instantáneas -protagonizadas por ella- lo que le contaron.
Sin necesidad de palabras, Paredes narra lo que sucede en esas clínicas donde las humillaciones sbloon el pan de cada día. Régimen de feminidad forzada en forma de maquillaje, faldas cortas y tacones altos para convertir a las mujeres en "reales"; violación "correctiva"; tortura con soga y guantes; maltrato psicológico con insultos; horas de escucha de música católica; alimentación forzosa y "vitaminas" sin etiqueta que provocan insomnio o pérdidas de memoria.
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