Bloqueos de centros industriales, en particular plantas petrolíferas y centrales nucleares, y en infraestructuras de transporte, como puentes, líneas férreas y autopistas, se multiplicaron este jueves en Francia como parte de las protestas contra la reforma laboral.
La Confederación General del Trabajo (CGT) indicó que la huelga, que se había votado mayoritariamente en las 19 centrales nucleares del país, que generan más del 75 % de la electricidad, no implicaría el apagado de los 58 reactores, pero sí una baja de carga, que al momento es de 5 mil megavatios.
El acceso a varios depósitos petrolíferos continuaron cerrados por manifestantes, a pesar del desalojo de once de ellos por parte de las fuerzas del orden en los últimos días; en tanto, seis de las ocho refinerías del país estaban total o parcialmente paradas, según informó la Unión Francesa de Industrias Petroleras
La consecuencia de lo anterior, de acuerdo con el primer ministro, Manuel Valls, es que entre el 20 y el 30 % de las gasolineras había agotado todos o algunos de sus combustibles.
A causa de la huelga de los trabajadores de la Sociedad Nacional de Ferrocarriles (SNCF), la compañía prevé la cancelación de un 40% de las corridas de las líneas entre Francia y España.
Los periódicos no llegaron a los quioscos por la acción de la CGT, con la única excepción del comunista "L'Humanité", que publicó un artículo del secretario general del sindicato, algo que no quisieron hacer los demás, que denunciaron el chantaje de la central.
Según un sondeo del instituto Ifop para la cadena RTL, 62% de los franceses consideran que está justificado este movimiento contra la reforma laboral del Gobierno. El punto más criticado por los sindicatos que se oponen al proyecto de ley es el artículo 2, que modifica la legislación laboral para dar primacía a los acuerdos que se negocien en las empresas sobre los convenios colectivos.
(Con información de EFE)