
Esta es una de esas locas historias que pasan en Twitter, cuando la gente —por una vez— deja el pésimo hábito de odiar y vociferar. Resulta que un tuitero llamado Aaron W. Gordon (nombre de cuenta @A_W_Gordon; reportero de viajes), recibe el extraño pedido de un fanático del basquetbol.
Este personaje le solicita a nuestro (anti)héroe, no muy amablemente por cierto, que se cambie de nombre porque su cuenta se confunde con la de su ídolo de la NBA, que también se llama Aaron Gordon, pero cuyo nombre de cuenta es @DoubleOAG.
@A_W_Gordon nos cuenta la historia en un tuit algo curioso:
Hay un jugador de basquetbol con el mismo nombre que yo. Y esta persona está molesta conmigo por eso.
La conversación que tuvo con el aficionado basquetbolero, por lo demás, tiene algunas perlas:
—Realmente necesitas cambiar el nombre de tu Twitter, sólo eres un reportero político, no estés estafando a los que seguimos atletas sólo por obtener vistas
—Ese; ese; ese no es sólo mi nombre de Twitter, es mi nombre real.
—Tienes que cambiarlo legalmente, mano.
—Déjame aclarar esto: ¿quieres que cambie legalmente mi nombre porque alguien nació varios años después que yo con el mismo nombre; luego se puso a jugar basquetbol profesional y no puedes imaginar que podría haber varias personas con ese nombre y eso te molesta?
Mi avatar muestra a un sonriente caucásico (yo) y el jugador de la NBA es un afroamericano gigantesco (que no soy yo). No es tan complicado.
—Él se ha ganado el derecho; para convertirte en un tuitero legítimo necesitas crear tu propia personalidad, no simplemente tomar otra para llamar la atención.
—Abrí esta cuenta cuando el jugador de basquetbol tenía 15 años. Nací años antes que el jugador. ¿Estás diciendo que no me he ganado el derecho a existir porque alguien vino después de mí con el mismo nombre?
—Simplemente no te has ganado las vistas. No seas ‘fake news’.
Todo el diálogo es delicioso y, hay que decirlo, dados los violentos estándares del intercambio tuitero, razonablemente comedido: ni el buen Aaron fue más allá de esta filosa y sutil ironía en el preguntar (reportero al fin y al cabo), ni el aficionado fue más allá de su jurídica aunque obcecada admonición.
Y ahí habría terminado toda la historia, divertida sin duda aunque con la ausencia de un tercer acto decente. Pero entonces fue nada menos que el ídolo deportivo quien nos rescató a todos:
Cuando @Double0AG se enteró de todo el asunto (porque así es esto de Twitter: al final es como si fuera una gran vecindad), le mandó a nuestro vapuleado reportero el siguiente tuit:
¡Esto es completamente divertido! Mantente firme, AG. No dejes que los enemigos te derroten.
Como podrán imaginarse, todos los testigos del trance vitoreamos al jugador ruidosamente (bueno, lo más parecido a ello), por su brillante enceste de tres puntos en materia de redes sociales y derechos adquiridos.