En su audiencia de este martes ante el Comité de Inteligencia del Senado, el fiscal general de Estados Unidos, Jeff Sessions, negó en varias ocasiones sostener reuniones o conversaciones en privado con funcionarios o ciudadanos rusos y calificó de “detestable” las versiones que afirman que sí lo hizo.
"La sugerencia de que yo participé en la colusión, o que conocía de alguna manera una conspiración, para dañar a este país, al que llevo sirviendo de manera honorable desde hace 35 años, es una mentira sobrecogedora y detestable".
También indicó que desconoce si miembros de la campaña del ahora presidente Donald Trump pactaron encuentros con los rusos, aunque se dijo casi seguro de que no sucedió así.
A lo largo de su intervención, el fiscal general no ofreció nuevas revelaciones sobre la trama rusa, como esperaba el panel de senadores, quienes lo presionaron para que hablara concretamente, incluso lo acusaron de querer bloquear las pesquisas al evadir los cuestionamientos. “Con su silencio, usted entorpece la investigación”, dijo un senador.
Y es que algunas de las frases que el funcionario más repitió eran: “No lo recuerdo”, “lo desconozco”, “no sé”.
Pese a las críticas y a los momentos incómodos, Sessions se mantuvo firme en no revelar información sobre sus conversaciones con Trump o de éste con el exdirector del FBI James Comey, ya que afirmó que el mandatario no lo había autorizado.
Sobre la destitución de Comey, Sessions admitió que tanto él como otros funcionarios le sugirieron a Trump que el Buró “necesitaba aire fresco”, es decir, le aconsejaron despedirlo, sin embargo, “Trump ya había tomado la decisión y solo pidió nuestra opinión como un mero formalismo”.
En lo que respecta a la pasada declaración del exjefe del FBI ante el Senado, el fiscal no quiso emitir comentarios, pero al igual que él, se dijo víctima de mentiras y difamación, aunque no entró en detalles.
En cuanto a su retiro de la investigación sobre la presunta injerencia rusa en la elección presidencial de EU de 2016, donde Trump resultó presidente, Sessions aseguró que su renuncia no tenía que ver con haber cometido algo incorrecto sino al sentir de que era lo correcto.
"Sentí que estaba requerido a hacerlo (bajo las reglas del Departamento de Justicia), me inhibí de cualquier investigación, pero no me inhibí de defender mi honor de alegatos falsos”.
Cada senador tenía siete minutos para conversar con el fiscal de lo que creyera podría aportar a la investigación, la mayoría de ellos, ante las evasiones del exsenador por Alambana, le preguntaron varias veces de sus presuntos encuentros con representantes del Kremlin, pese a que Sessions lo negó una y otra vez, terminó diciendo que “solo en dos ocasiones conversé de manera espontanea con rusos y nunca pasó nada inapropiado”, en concreto con el embajador de Rusia en Washignton, Sergey Kislyak. “Nunca tuve intención de no haber reportado alguna conversación con el embajador ruso”.
Esta comparecencia tiene lugar pocos días después del testimonio que el director del FBI James Comey ofreció ante la misma comisión. Allí, Comey reafirmó que Trump buscó convencerlo de desviar una parte de la investigación que entonces conducía desde el FBI y que se concentraba en el general Michael Flynn, ex asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca.