Margarita Zavala no es Hillary Clinton

Etcétera

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Desde el domingo pasado, los timelines de todas las redes sociales presentan tres noticias que a algunos les han caído como bombas: primero, el romance otoñal de Vargas Llosa con Isabel Preysler, segundo: el virtual destape de Margarita Zavala como aspirante a la presidencia de México, y tercero: el primer acto de campaña de Hillary Clinton como aspirante para llegar a la Casa Blanca.

Críticas, memes, comentarios en pro y en contra… en fin; todos aquellos ingredientes que se requieren para aderezar un hecho risible para muchos, legítimos para otros.

Es prematuro hablar de la candidatura de la ex primera dama pues, como dicen en mi pueblo, la casa está hecha un muladar.

El PAN, más dividido que nunca, padece una metástasis de todos los cánceres posibles.

Hay una guerra interna de intereses que se ha venido gestando con los años, y esto parece no importarle al grupo encabezado por el ex presidente Calderón. Esto sin mencionar que el cambio de dirigente está a la vuelta de la esquina y todos los rebaños (como los llama Germán Martínez) se tirarán cornadas a matar con tal de poner al mando al guía de la tribu de su conveniencia.

Regresando al tema del “destape”, permítame el lector compartir algunas inquietudes que me asaltan tras la noticia:

1. Hace apenas unas cuantas semanas, Margarita Zavala se que quedó más sola que un borracho en una cantina sin botellas en su intento por ganar una diputación plurinominal. Esto, además de desvelar un evidente rechazo a las ideas calderonistas, puede ofrecernos un escenario bastante desolador en caso de que la señora de Calderón insista en llegar, primero a ser candidata por su partido, para luego jugar por la silla grande de Los Pinos.

2. Como miembro activo del PAN desde 1985, Margarita Zavala ha tenido un desempeño bastante gris en las posiciones que ha ocupado… Primero en el cargo de Diputada Local en la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (1994-1997) y luego como Diputada Federal a la LIX Legislatura (2003-2006), donde fue nombrada Subcoordinadora de Política Social del Grupo Parlamentario del PAN.

3. Los calderonistas y su gente más cercana ven en Margarita Zavala un dechado de virtudes que son muy difíciles de encontrar al menos que se le haga un zoom in con una cámara profesional.

Dicen que por haber sido una gran oradora en la secundaria, es una gran oradora en la adultez…

Dicen que fue una de las primeras damas más prudentes (bueno, a comparación de Marta Sahagún, cualquiera se lleva la corona de laureles), pero ojo: no hay que confundir la prudencia con la tibieza.

4. Con el arribo de Peña Nieto al poder (y como se han puesto las cosas después de sus reformas y los escándalos de sus bienes inmuebles) muchos de los anticalderonistas cayeron en la trampa chaira del “estábamos mejor con…”. Pero estos descalabros del “nuevo PRI”, no permearon de todo como para que millones de mexicanos afectados por la guerra contra el narco olviden las cifras que dejara el fallido intento del ex presidente por terminar con el crimen organizado cuando… ¡lo combatió con más violencia y no pegándoles en sus finanzas a los malandrines!

5. Ergo, como estamos en México y aquí no somos como los gringos (que no metemos en el mismo costal a las parejas de los funcionarios) la reputación del marido (y sus malas calificaciones) siempre serán un lastre para Margarita.

Concluyo:

El escándalo sexual de Bill Clinton se fue difuminando con el tiempo porque, finalmente, un “blow job” no es equiparable a una masacre. Es por eso que Hillary Clinton se perfila como potencial candidata para ocupar la presidencia de Estados Unidos.

Para Margarita Zavala el camino se vislumbra más intrincado, ya que en su casa (el PAN) se están dando hasta con la olla entre los diferente grupos, y pues… para la opinión pública (ese monstruo de mil cabezas) nunca dejará de ser “la esposa” del ex presidente que quiso, pero no pudo, acabar con los malosos; y en cambio se llenó de señalamientos ominosos, pues muchos de genocida no lo bajan.

#Ufquéduro

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