Al rendir hoy su informe anual de actividades, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), dijo que la corrupción y el nepotismo han aumentado, pero que se están realizado esfuerzos para limpiar la casa.
Los males de la corrupción y el nepotismo, explicó durante su exposición, “se alimentan de la impunidad que los ha acompañado. Que quede claro que esto se acabó. No toleraremos a los servidores públicos que anteponen sus intereses personales a los de la justicia”.
El nepotismo, remarcó Zaldívar, ha afectado la imagen del Poder Judicial, por lo que la sociedad no reconoce la labor de los jueces. Y resaltó que si también es percibido como corrupto, se pone en entredicho la capacidad del Estado para cumplir sus fines, “y carece de la fuerza y legitimidad para desempeñar el rol equilibrador que constitucionalmente le corresponde”.
El ministro expresó, ante el presidente Andrés Manuel López Obrador, su deseo por sacar de las filas del Poder Judicial no sólo a los malos servidores públicos y a los corruptos, sino también a los mediocres, “a los que no están a la altura de la investidura que ostentan, así como a los que entienden esa investidura como privilegio y no como servicio”.
El camino para cambiar esa situación es la autorreforma, la cual implica un cambio de paradigma en la administración del Poder Judicial, en la que, comentó Zaldívar, se tomará en cuenta la meritocracia, se exigirán trámites más transparentes y habrá cero tolerancia a la corrupción.
Por ello, dijo, “no toleraremos a servidores públicos que anteponen intereses personales. Estamos limpiando la casa y no cejaremos en este compromiso de trabajar por un Poder Judicial renovado, abierto, cercano y con credibilidad”.
Señaló varios ejes de acción para la renovación del Poder Judicial, entre los que destaca, justamente, el combate al nepotismo y la corrupción, que pasa “por un fortalecimiento y transformación de fondo de las políticas públicas en materia de carrera judicial”.
Zaldívar manifestó que “una mejor justicia implica también una mejor administración, más eficiente y austera; que mantenga su cercanía con la sociedad; y que administre, con esmero y diligencia, los recursos que la sociedad le confiere”.
Finalmente se pronunció por “seguir derribando barreras para que haya una justicia para todos pero, sobre todo, para los más pobres, los más desprotegidos, los olvidados, los marginados, los discriminados. Tenemos que ser la voz de los que no tienen voz”.
Al acto asistieron las presidentas de las cámaras de Diputados y Senadores, Laura Rojas y Mónica Fernández, respectivamente, así como varios secretarios: de Gobernación, Olga Sánchez Cordero; de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard; de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, y de Marina, Rafael Ojeda Durán.