Una de las más habituales y perniciosas formas de violencia, en especial contra las mujeres, es la difusión de imágenes (sin su consentimiento, claro) relacionadas con su vida privada e íntima; el fenómeno es mundial y las respuestas que han dado los estados son heterogéneas aunque siempre van en el sentido de proteger el derecho a la propia imagen y la penalización de esas prácticas.
El debate se reabre en México, en donde aunque hay varias iniciativas desde las legislaturas anteriores –en particular contra la llamada “Pornovenganza”– aún no se ha normado en todo el país para delimitar el castigo a quienes difunden ese tipo de imágenes. El debate se reabre ahora que se informa que, durante la madrugada de este lunes, una joven de 19 años de nombre Julissa Jaqueline se suicidó en un cuarto de baño, en una vivienda situada en la colonia Miguel Hidalgo en Monclova, Coahuila, debido a que semanas atrás, advirtió un familiar de Julissa, fueron propaladas en las redes sociales instantáneas suyas con fotografías íntimas, desnudos y videos en esas mismas condiciones, son los llamados “Packs”. De acuerdo con esa versión, la joven entró en depresión y decidió terminar su vida.
Sin embargo, aquella joven no es la única víctima de lo que se conoce como “Packs de Monclova” y, al menos, hay cinco denuncias por los mismos motivos de fotografias subidas a una página de Facebook, en donde señalan los posibles delitos de trata de personas y violación de la intimidad, incluso, Ana, una joven de 22 años intentó suicidarse por esa misma razón de acuerdo con autoridades de Coahuila.
