En un artículo publicado hoy en el periódico británico Financial Times, su editor para Latinoamérica, John Paul Rathbone, realiza una comparación entre los presidentes electos de dos de los países más importantes de la región, México y Brasil, y considera que Andrés Manuel López Obrador, como dice el título, es una mayor amenaza para la democracia liberal que Jair Bolsonaro.
El artículo “López Obrador is bigger threat to liberal democracy than Bolsonaro” destaca el nacionalismo de ambos y los confronta con Donald Trump, por lo cual al mexicano se le ha llamado “Juan Trump” y al brasileño “Tropical Trump”. El periodista afirma que ambos son don líderes de cambios de época de las dos más grandes economía de América Latina. Ambos son una vuelta a la era de los caudillos, hombres fuertes y populistas que parecían haber quedado atrás. Sin embargo, López Obrador es una mayor amenaza a la democracia liberal.
Para defender su tesis, el articulista cita varios datos: contará con un poder casi ilimitado cuanto tome el poder ya que su partido tiene mayorías en el Congreso, un amplio apoyo popular y controla a su gabinete. Además, recibe una macroeconomía relativamente saludable y un sistema jurídico débil.
Pero no sólo cuenta con todo lo anterior, sino que López Obrador busca ampliar su poder al crear los llamados superdelegados federales, con los que puede vigilar los programas y presupuestos de los estados. Además, con el recorte de sueldos en el sector público ha propiciado que los tecnócratas abandonen el servicio público, lo que ha debilitado a las instituciones autónomas que podrían vigilar su poder.
Por su parte, Bolsonaro está en una situación casi opuesta: su partido está en minoría en el Congreso, no controlará los presupuestos de los estados, enfrenta una prensa agresiva, un fiero sistema judicial, los mercados le imponen mayor disciplina a la economía y tendrá a varios tecnócratas en su gabinete. El poder estará más descentralizado, lo que incluye la independencia de su banco central. Incluso Bolsonaro ha cambiado algunas de sus opiniones.
Por el contrario, el autor considera que López Obrador ha profundizado en sus ideas, lo cual ejemplifica con las consultas que ha realizado acerca del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México y de la construcción de una refinería en Tabasco, lo cual le puede traer un mayor respaldo político.
Además el político mexicano ha dicho que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, será bienvenido en su toma de posesión, pese a las violaciones a los derechos humanos en que ha incurrido.
Según Rathbone, el iliberalismo reaccionario de Bolsonaro no cuenta con ello, ya que puede ser controlado por instituciones como los mercados, los medios y el Ejército. Su problema, dice el autor, es la falta de poder político, no su exceso.
En contraste, López Obrador debe ser capaz de poner en práctica su visión de cambio. Posiblemente necesite concentrar el poder para optimizar la coordinación política para combatir la corrupción y mejorar las condiciones de muchos de los pobres. Tendrá éxito sólo si esa concentración de poder es parte de una nueva propuesta institucional del debido proceso y para aumentar la transparencia en lugar del poder discrecional. “De forma preocupante, hasta ahora ha sido más bien para esto último”, remata el editor.