febrero 22, 2025

“El miedo se mide en vallas” y otros usos del obradorismo a los muros de metal

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Las vallas alrededor de los edificios gubernamentales son medidas de seguridad o de represión, según el lado desde el que se mire. Tras el cerco establecido este viernes alrededor del Palacio Nacional y de otros edificios y monumentos públicos en vísperas de las movilizaciones feministas, cabe recordar las posiciones anteriores de quienes hoy son gobernantes y representantes populares, que van desde el miedo hasta la faramalla.

Desde hace muchos años, miembros del hoy grupo gobernante han censurado que se coloquen vallas alrededor de edificios públicos por temor a las protestas. Así, por ejemplo, en vísperas de la toma de posesión de Enrique Peña Nieto en 2012, el entonces diputado Ricardo Monreal criticó el cerco de seguridad establecido días antes alrededor del Palacio Legislativo. Entonces condenó, categórico y contundente: “El miedo se mide en vallas”.

En esos mismos días John Ackerman hizo la siguiente convocatoria: “Todos a tapizar las vallas de San Lázaro con cartas de ‘amor’ para FCH y EPN”, y colocó el vínculo a un video de Revolución 3.0.

El día de la toma de posesión de Peña Nieto, Epigmenio Ibarra, reportero de guerra, pintaba un panorama ídem: “Tregua en #OcupaSanLazaro. La PF hizo tiros directos con granadas de gas lacrimigeno. El muro fue derribado tres veces”.

Sobre lo ocurrido aquel día, Antonio Attolini, uno de los líderes del #YoSoy132, escribió entonces: “La insensibilidad política por parte de la autoridad del Gobierno del Distrito Federal y por el Gobierno Federal es patente: la clase política se encierra a sí misma detrás de vallas, policías y armas, por temor a la manifestación pública de ideas que rechazan o van en contra de sus intereses”.

En una entrevista con Proceso, Lorenzo Meyer habló de la falta de un acuerdo del entrante gobierno de Peña Nieto con López Obrador, tema vinculado con el operativo de seguridad con motivo de la toma de posesión del priista: “Se han acumulado muchos agravios y ahora hay que manejarse con sutileza porque el cúmulo es tal, que cualquier imprudencia puede desatar problemas, como lo del cerco y las vallas, por ejemplo”. Y remató: “Cuando no hay acuerdo, si no hay represión cuando menos hay inconformidad y un mal ambiente político”.

Antes, en los días de la calificación de la elección presidencial, uno de los “inteligentes y cercanos amigos” de López Obrador, el monero Hernández, tuiteó: “Supongo q las vallas alrededor del TEPJF son para contener las muestras de alegría y los festejos desbordados por la transparencia electoral”.

Un año después, el 4 de diciembre de 2013, en el marco de la discusión sobre la reforma energética, Ricardo Monreal tuiteó: “Un congreso que sesiona con vallas, tanquetas y exceso de policías es simplemente una dictadura”.

Entre los retuits que tuvo Monreal estuvo el de Citlali Hernández, hoy senadora y secretaria general de Morena.

A las afueras del Senado, junto a las vallas, el entonces presidente nacional de Morena, Martí Batres, habló de la vergüenza de esconderse tras los muros: “Frente al intento de robo y atraco, los senadores se atrincheran como viles ladrones, como pandilleros, malandrines. Están amurallados contra el pueblo, protegiéndose de la gente. ¡Qué vergüenza que para tomar decisiones se tengan que amurallar!”.

lopezobrador.org

Las vallas que fueron colocadas alrededor del Senado fueron grafiteadas por los moneros de El Chamuco, encabezados por Rafael Barajas, El Fisgón, quien explicó que su acción llevaba el título de “Pinta el cerco”, ya que “nos pusieron un lienzo aquí. Van a ser varios días los que vamos a estar pintando”. Pintarrajearon ratas y cerdos en los muros de metal.

En aquellos días contrarreformistas (que coincidieron con la hospitalización de López Obrador por un infarto) el cerco humano que Morena puso alrededor del Senado utilizó las vallas no sólo para pintar, sino también para hacer ruido. Una de las organizadoras de los “conciertos” titulados “Vallas y cucharas” era la hoy senadora Jesusa Rodríguez. Consistían en chocar contra los metálicos muros no sólo cucharas sino lo que los manifestantes tuvieran a la mano para hacer escándalo.

Entonces uno de los personajes vitoreados en el plantón de Morena fue el entonces senador y hoy titular de la Comisión Federal de Electricidad, Manuel Bartlett, quien comentó acerca de las medidas de seguridad: “Ya nada más falta que a cada senador se le dé un casco, un chaleco y un tolete para entrar al recinto”. Y dijo que el muro mostraba cómo Peña Nieto y su mayoría legislativa estaban aislados del “sentimiento nacional”.

Otro de los que manifestó su indignación por aquel prolongado muro metálico que rodeó el Senado fue Jesús Ramírez Cuevas, hoy vocero de la Presidencia de la República, quien escribió: “La valla de la ignominia. Los senadores deciden a espaldas del pueblo, custodiados por la policía”.

En esta batalla no podía faltar Epigmenio Ibarra: “A darle al muro de la ignominia #CercoAlSenado”, con la imagen de una mujer que golpea una de las vallas.

En 2016, cuando era delegado en Cuauhtémoc, Monreal también se manifestó contra las barreras de seguridad: “La @DelCuauhtemoc desaprueba la colocación de vallas metálicas en el #Zócalo. Actitud autoritaria innecesaria”.

Twitter

Durante la campaña electoral de 2018, en marzo y a propósito de una discusión sobre Los Pinos, Tatiana Clouthier, hoy secretaria de Economía, tuiteó: “El palacio seguirá abierto tal como ahora (en todos sus espacios públicos y culturales) pero se ocupará espacio que de todos modos hoy es cerrado y no está utilizado. Zocalo público civil y para todos. AMLO se queda a vivir en casa besos”.

Uno de los comentarios a ese tuit fue del cineasta Carlos Salces, uno de los creadores de los promocionales del “Ya sabes quién” de López Obrador, con los que le dio vuelta a la ley electoral. El publicista tuiteó: “Y no habrá vallas metálicas militares como se acostumbra actualmente”, y puso una foto de Palacio Nacional en la que se ven unas que palidecen totalmente junto a las que han sido colocadas este viernes.

Guadalupe Acosta Naranjo, militante en 2006 del PRD, recordó este viernes en Twitter la protesta electoral de aquel año en la que el candidato Andrés Manuel López Obrador denunciaba fraude y reclamaba un recuento “voto por voto”, por lo que sus seguidores ocuparon la Plaza de la Constitución y el Paseo de la Reforma: “El 30 de Julio de 2006 nos instalamos en el zócalo pidiendo un recuento total de votos, duro 47 días, se quitó la noche del 15 de septiembre. A NADIE Andrés se le ocurrió amurallar Palacio, sólo a ti, y para protegerte de mujeres que exigen sus derechos. ¿No te da tantita pena?”.

El interpelado, el hoy presidente Andrés Manuel López Obrador, en una entrevista durante la campaña presidencial de 2012 fue tajante al diferenciarse del candidato presidencial del PRI: “Siempre he dicho que el que no tiene, el que lucha por la justicia no tiene nada que temer. Lo demás es muchas veces faramalla, hacerse importante; y además, pues no está acostumbrado, Peña Nieto tiene que meter vallas, porque no está acostumbrado a la comunicación directa, con la gente. Él lo hace, actúa, se sube a una escalerita, están los fotógrafos y otros acá, pero es pura actuación”.

En el segundo mes de su presidencia, López Obrador afirmó: “Así vivían los otros, con todo respeto, en las alturas, arriba. Nada más conocían los helipuertos, los aeropuertos y los lugares donde llegaban, y siempre rodeados con vallas: nadie podía acercarse, no tenían ninguna comunicación, sólo lo que les informaban sus funcionarios”.

“PROTECCIÓN DE MANIFESTANTES”

En los últimos meses se han instalado varias veces en la Ciudad de México, pero ahora, según dice el gobierno capitalinos, es para resguardar la seguridad de los propios manifestantes, y hasta ha denunciado su retiro.

El 3 de octubre del año pasado así lo hicieron con militantes de Frenaaa, quienes, señalaron las autoridades capitalinas, “al momento del ingreso a la Plaza de la Constitución, los manifestantes tiraron las vallas metálicas colocadas para resguardar a los propios integrantes de Frenaaa, instalados en plantón desde el 20 de septiembre”. Además, hasta lesionaron a un elemento de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, “institución que ha mantenido el resguardo de la Plaza de la Constitución para evitar enfrentamientos de FRENA con otras expresiones sociales”.

El 25 de noviembre de 2020 las autoridades de la Ciudad de México también denunciaron que durante una manifestación feminista uno de los grupos de Acción Directa rompieron el acuerdo de manifestación pacífica y derribaron las vallas metálicas instaladas frente a Palacio Nacional, por lo que se tuvo que poner una cerca humana con integrantes del grupo Ateneas. A una veintena de mujeres que persistieron en su actitud violenta fueron retiradas del lugar.

También en ese mes, tras un incidente entre personas oficialistas y miembros del Movimiento AntiAMLO, cuando un grupo de choque lanzó petardos y quiso quitar las vallas metálicas del Zócalo, el secretario de Gobierno de la Ciudad de México llamó al diálogo a quienes recababan firmas para retirar el plantón de quienes protestaban. Un mes antes seguidores del gobierno habían intentado irrumpir en el campamento de Frenaaa.

En septiembre del año pasado, frente a la movilización por el sexto aniversario de los hechos de Iguala y la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, el gobierno de la Ciudad de México anunció la instalación de tapiales en monumentos históricos, mobiliario y equipamiento urbano en la ruta por la que atravesaría la marcha.

Los tapiales también fueron usados días después con motivo del Día de Acción Global por el Acceso al Aborto Legal y Seguro.

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