Uno puede pensar que la austeridad en el gobierno es deseable, pero no invocando a Juárez. Y a la inversa, se puede admirar a Juárez, pero no por su austeridad. Si Juárez es el referente de la nueva austeridad republicana, hay una confusión. Acaso es conveniente a una narrativa populista; acaso es debida a la ignorancia o a una lectura romántica de la historia. En todo caso, se trata del melodrama advertido por San Francisco de Sales: un desorden espiritual que mezcla medios con fines. ¿Es Juárez el modelo –o siquiera un modelo– de austeridad? Y del mismo modo, ¿es la austeridad un atributo para entender a Juárez?
Cuando en 2018 la Suprema Corte de Justicia de la Nación suspendió la Ley Federal de Remuneraciones, instrumento clave de López Obrador para hacer valer la fórmula de pueblo pobre con gobierno pobre, él contestó: “No están entendiendo la nueva realidad y se olvidan de Juárez. Deberían quitar el retrato del presidente Juárez de la Suprema Corte de Justicia. Juárez decía que el funcionario tenía que aprender a vivir en la justa medianía. Entonces, ¿para qué tienen a Juárez ahí?”
Como es habitual, y más en los hombres autoproclamados eternos, la muerte sorprendió a Juárez en 1872, en medio de duras críticas por su reelección forzada, de manera que, a pesar de ser abogado, no dejó testamento, por lo que su yerno, el escritor cubano Pedro Santacilia, tramitó la sucesión legítima en el juzgado sexto de la Ciudad de México en 1873, y la concluyó ante el notario José Villela. El expediente es público y se ubica en el Archivo de Notarías, que curiosamente abrió López Obrador cuando era Jefe de Gobierno en 20051.
Es oportuno, desde luego, aclarar cómo hice la conversión. Tomé el índice histórico de paridad promedio del peso mexicano respecto al dólar del INEGI, donde un peso de 1873 equivalía a 0.97 dólares del mismo año. Utilizando después un IPC del Historical Statistics y el Bureau of Labor de Estados Unidos, convertí ese dólar a dólares del 2019, y concluí que un dólar de 1873 valdría más o menos 22 dólares hoy. A partir de ahí, usé el tipo de cambio actual al peso (19.65), y estimé que un peso de 1873 valdría más o menos 430 pesos actuales. Se podría hacer el cálculo en oro y los resultados serían similares. Javier Lara Bayón calculó que un peso de 1873 valdría 419 pesos hoy, y según la calculadora de Milton Friedman, 425. Yo calculé a partir de una media de 425 pesos, al valor de 2019.
Así, la casa de Mercaderes, evaluada en $29,827 pesos de 1873, equivaldría a unos 12 millones seiscientos mil pesos hoy; la de San Francisco ($33,235) a unos 14 millones cien mil pesos; la de Tiburcio ($28,754) a 12 millones doscientos mil, y la de Oaxaca ($3,566) a un millón y medio. A su vez, las acciones en ferrocarriles y minas ($4,770) a dos millones. La casa de San Cosme ($13,435) a cinco millones setecientos mil. Y sólo las alhajas de Margarita ($4,335), a un millón ochocientos mil.
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