Es común que Morena frene cualquier iniciativa que haga visible sus maniobras para comprar voluntades, de cara a las elecciones de junio próximo, las más grandes que jamás hayamos tenido.
En juego está la mayoría en la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, más de mil diputaciones locales, 1926 alcaldías y 18 mil espacios de representación municipal. Sobra decir la importancia de estos comicios para la continuidad de la 4T.
Los legisladores del partido oficial y sus rémoras de la coalición Juntos Haremos Historia rechazaron un punto de acuerdo en la Comisión Permanente, que exhorta al INE a vigilar el uso electoral de la vacuna contra covid-19.
Motivos para que la autoridad electoral vigile sobran. La presencia de los llamados “siervos de la nación” en las brigadas de vacunación son evidencia de los propósitos electoreros del régimen. Operan los programas sociales de López Obrador.
Nada justifica su presencia en la campaña para inmunizar a la población. Nada. Ni siquiera están capacitados para la tarea.
El partido oficial los usa para que la gente asocie la vacuna con el Presidente.
¿Se les olvidó a los morenistas que en su chaleco llevaban estampado el nombre de Andrés Manuel López Obrador y que lo quitaron a petición del INE?
Los morenos los necesitan sanos para sus objetivos electorales. A estos señores, que no están en primera línea del combate al virus, ya los vacunan, junto con el personal sanitario, para que puedan realizar su labor sin riesgos.
Son instrucciones de YSQ que nadie discute en la coalición gobernante, por burdas que parezcan.
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Sobre el espinoso tema habló Julen Rementería, senador del PAN, en la tribuna de la Permanente:
“Nada tienen que hacer los siervos de la nación llevando a cabo un programa de inmunización. Para eso hay un sistema de salud suficientemente robusto.
“Por supuesto que lleva implícita una intención electoral. No tienen ellos que dedicarse a eso, ni siquiera están capacitados”.
Según el panista, López Obrador actúa más como jefe de campaña de los candidatos de Morena que como jefe de la nación.
Pablo Gómez, un experimentado legislador que sobresale en las filas de Morena, salió a defender lo indefendible.
“No hay en México un partido oficial. No existe un aparato público que esté trabajando en la presión sobre la sociedad, en la compra de los votos, en mecanismos que usaron quienes gobernaron durante décadas. Hoy tenemos una realidad completamente diferente”, aseguró. ¿La tenemos? ¿En serio?
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A lo arriba escrito hay que sumar denuncias, en el seno mismo de Morena, sobre diputados que se quieren vacunar ya, para irse a la campaña en pos de la reelección.
Alejandro Rojas Díaz Durán, exaspirante a la dirigencia nacional de ese partido, hizo pública esa denuncia.
“Ofrezcan disculpas. Debería darles vergüenza”, escribió en Twitter. No dio nombres.
Trascendió, sin embargo, que los solicitantes son los diputados Daniel Gutiérrez y Javier Lamarque.
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