febrero 22, 2025

Recomendamos también: ¿Estado laico?, por Gil Gamés

Compartir

Gil negociaba consigo mismo: ¿abandonar o no el mullido sillón? Esa era la cuestión (ón-ón). Ah, la maldita culpa. ¿Incorporarse y dejar la inacción, estado ideal del cuerpo? En ésas estaba Gilga cuando encontró en su periódico MILENIO un artículo de Roberto Blancarte, que empieza así: “Una cosa es clara, que el gobierno o el Presidente de la República mande que ministros de culto repartan la Cartilla moral con prólogo al que se le agregaron referencias religiosas ciertamente no es parte de un Estado laico. Que el jefe de Estado se la pase haciendo referencias religiosas, de la Biblia, de Dios y del Diablo, del cristianismo y de Jesús de Nazaret no es lo propio de un Estado laico (…). El asunto viene al caso por la más reciente ofensiva contra el Estado laico proveniente de sectores conservadores del mundo evangélico”.

Blancarte ha exhibido con claridad y puntería la ambición evangélica: medios de comunicación y derecho a ser votados permaneciendo como ministros de culto, instrucción religiosa en escuelas públicas. ¿Cómo la ven? Dicho esto sin el menor afán de un albur evangélico. Dice Blancarte que un gobierno que se dice de izquierda y juarista les ha abierto las puertas de Palacio Nacional a los evangélicos. Aigoeei. Tráiganle a Gamés una gotas de Rivotril, un Tazedan, un Tafil, un churro de mota, ya de perdida, para que su alma jacobina se anestesie.

Bíblicos mediáticos

Mientras le hacen llegar sus remedios, Gil se referirá a una interesantísima nota de Abner Chávez publicada en su periódico Excélsior: en ella se informa que grupos cristianos evangélicos preparan una iniciativa que modifica sustancialmente el artículo 16 de la Ley de Asociaciones Religiosas y Culto Público, lo cual permitiría a las Iglesias y a sus ministros poseer u operar estaciones de radio, televisión y otros medios de telecomunicación.

“Es inviolable la libertad de difundir opiniones, información e ideas o creencias religiosas, a través de cualquier medio. No se puede restringir este derecho por vías o medios indirectos tales como el abuso de controles oficiales o particulares, de papel para periódicos, de frecuencias radioeléctricas o de enseres y aparatos usados en la difusión de información o por cualesquiera otros medios y tecnologías de la información y comunicación encaminados a impedir la transmisión y circulación de ideas y opiniones”, expone la propuesta de redacción del artículo 16 de la iniciativa de reforma, cuya copia mantiene Excélsior en su poder. Lógico, les das la mano y te agarran el artículo 16. Va bien la trasformación cuarta.

Recordemos: Ricardo Monreal, coordinador de los senadores de Morena y presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo), recibió a 30 líderes religiosos. Asistieron directivos de la Iglesia del Nazareno de México, Iglesia Mexicana del Evangelio de Cristo, Iglesia Cristiana Independiente Pentecostés, Asambleas de Dios y de la Confraternidad Nacional Evangélica de México. Caracho, con tantas iglesias Gil siente como si le echaran ácido sulfhídrico en la espalda.

Equipos jurídicos de las Iglesias que acudieron al encuentro entregaron una propuesta al senador zacatecano, cuya redacción modifica sustancialmente la relación Estado-Iglesia, los alcances ciudadanos de los ministros de culto y las concesiones del espacio radioeléctrico. Si es usted laico, levántese del piso y oiga: en la propuesta de artículo 2 de la iniciativa comentan “El Estado mexicano reconoce y garantiza el derecho humano de la religión (que incluye) i) Expresar y difundir sus creencias religiosas, personalmente y a través de cualquier medio de comunicación (…). Las asociaciones religiosas podrán transmitir o difundir mensajes, así como actos de culto religioso, a través de los medios masivos de comunicación”. Gamés se jaló los pelos: ¿a dónde hemos llegado? Ni siquiera en el sexenio de Vicente Fox tuvimos semejante propuesta religiosa. ¿Qué nos está pasando, Laureano?

Más información: http://bit.ly/2YMzQ6d

Autor