Repantigado en el mullido sillón del amplísimo estudio, Gil pensaba en la inmortalidad del cangrejo. Los crustáceos eternos siempre han despertado el interés de Gilga. De pronto una idea, sí una idea, se apoderó de la mente de Gil, aquí está la idée, como dicen los franceses: Gamés vota porque desaparezcan los aeropuertos en México; todos, nada de que una pista en algún estado de la República, o todos peludos o todos rabones, o como se diga. Y desde luego los aviones. Todo sería más fácil sin ellos. Nos ahorraríamos grandes cantidades de dinero que repartiríamos entre los menesterosos. Gil vota también por desaparecer las oficinas. Gran idea: cero administración pública, el sueño neoliberal. El gobierno no construye, se reduce la burocracia, se les pagan unas migajas de paloma a los pocos burócratas que queden, se bajan los impuestos al mínimo, se inventan programas del corte de Solidaridad, en fon, ni los más neoliberales del mundo lo han logrado. ¿Dónde vota Gil? ¿No hay boletas todavía? Nada le hace: denle a Gamés una servilleta y ahí emite su voto, lo importante es participar.
Gilga pretende someter estas ideas a morenistas conspicuos: el senador Batres, el diputado Delgado, César Yáñez ya regresó de sus vacaciones después de la modesta boda, él en persona podría recibir estas iniciativas. Gil, atento. Ahora mal sin bien: se requiere una industria de carretas para transportarnos. Trenes no, esos huelen a Porfirio Díaz, las carretas pintorescas del pueblo avispado, sí.
Ajá, ya los vimos
Ya se supo. El Presidente electo ha revelado la verdadera causa por la cual se quería construir el aeropuertote. En un mensaje a la nación de las redes sociales, el presidente Liópez desvela un misterio: un grupo se quería quedar con los terrenos del aeropuerto internacional Benito Juárez y construir ahí otra Santa Fe; dijo, además, que no quiso revelar ese secreto antes de la consulta para no inclinar la balanza a favor del proyecto de Santa Lucía. Gil debe ser una persona influyente y poderosa porque esa información clasificada del anteproyecto de los terrenos del actual aeropuerto la conocía desde hace un año. Gilga también fue responsable y no dio a conocer ese documento que solo conocían decenas de miles de personas. Ay.
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