A casi seis años de que Andrés Manuel López Obrador anunciara la eliminación de las estancias infantiles, lo que significó un gran golpe para las madres, la presidenta Claudia Sheinbaum, quien respaldó la medida, informa que regresan pero, eso sí, con otro nombre.
En su conferencia de prensa de este jueves la doctora hizo un breve anuncio: vuelven las estancias infantiles, pero se les llamará de otra forma porque Felipe Calderón “pervirtió el nombre”. Con anterioridad ella las había rechazado y respaldó su virtual desaparición por una de las medidas que, sin sustento técnico y con mucha difamación, tomó su antecesor tabasqueño.
“Y ahí (en Ciudad Juárez) vamos a hacer un anuncio muy importante de lo que me comprometí, que son la construcción de centros; les llamamos ahora ‘educativos y de cuidado infantil’, lo que eran las guarderías o las estancias infantiles, que se pervirtió el nombre por el negocio, provocado por Calderón, que llevó a la tragedia de la Guardería ABC”, dijo la mandataria.
Agregó que se van a construir con el IMSS y con empresarios, “principalmente de la maquila o exportadores”, como parte del sistema de cuidados. No dio mayores detalles.
Sin embargo, hace cerca de seis años Sheinbaum respaldó la destrucción de las estancias infantiles al otorgarle su apoyo, como jefa de Gobierno de la Ciudad de México, a una política neoliberal y clientelista del macuspano: retirar ese servicio a cambio de entregar dinero en efectivo.
El 5 de febrero de 2019 el tabasqueño dijo en su conferencia de prensa que estaban revisando el Programa de Estancias Infantiles, al que el gobierno anterior había destinado 3 mil millones de pesos, y quería sabe en qué condiciones se encuentran los niños y cuál era su beneficio. Por supuesto, mencionó el caso de la infame tragedia de la guardería ABC.
Dos días después anunció sus planes clientelares con toda claridad: el gobierno ya no mantendría el programa mencionado, sino que se entregaría un “apoyo directo a las madres, a los padres, no a las estancias infantiles, sino directo a las niñas, a los niños, a través de sus padres, y que ellos, con lo que les corresponde, puedan entregar esos recursos a quienes manejan o administran las estancias infantiles o que utilicen esos recursos de la manera que ellos decidan, porque hay irregularidades en el manejo de las estancias infantiles”. Por niño a las familias se les entregarían mil 600 pesos bimestrales, dijo.
Como se observó desde siempre, además de clientelismo, eso es neoliberalismo en estado puro. Luego, por supuesto, López Obrador y sus propagandistas añadieron las acusaciones típicas por grandes irregularidades y corrupción, de las que el entonces presidente dijo que presentaría pruebas. Después algunos medios solicitaron esa información y no la hubo o era mínima, insuficiente para sostener esos dichos.
Entre las primeras que salieron a respaldar al macuspano estuvo la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, quien el 14 de febrero de 2019 expresó: “Entiendo del gobierno federal de que ese recurso se les va a dar directo a los padres y madres de familia para que… no es que se cancele el proyecto, sino que va a haber el recurso directo a los usuarios para que no haya corrupción en el proceso”.
Algunas evaluaciones serias, como las que hicieron la Auditoría Superior de la Federación y del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, eran positivas sobre las estancias infantiles, y la segunda institución hasta destacó que favorecían a las mujeres en situación de vulnerabilidad que debían trabajar fuera de casa o estudiar.
Posteriormente, algunos gobiernos locales abrieron estancias infantiles, como el de Lía Limón en la alcaldía Álvaro Obregón, en la Ciudad de México. Incluso hasta candidatos de Morena en campaña prometieron abrir guarderías, como ocurrió con Julio Menchaca en Hidalgo.
Hace casi un año, el 28 de diciembre (Día de los Santos Inocentes) de 2023 Sheinbaum declaró en Mérida que prefería no hablar de estancias infantiles “porque eso está pervertido por lo que hizo Calderón en México, porque subrograron todo, incluida la educación infantil. No hablo de guardería, porque guardería quiere decir que guardas a los niños en algún lugar, no”.
Después prácticamente le dio la razón al Coneval respecto a la utilidad de las estancias infantiles, por supuesto sin mencionarlo: “Hay que fortalecer que las mujeres podamos dejar a nuestros hijos en un lugar seguro, si así lo desean. Hay quienes no lo desean; no es que sea obligatorio, pero que permita que la mujer pueda acceder a un espacio de trabajo y que tenga la certeza de que sus hijos estén bien cuidados. Entonces vamos a fortalecer la educación inicial”.
En marzo de 2024 Sheinbaum acusó que las “estancias infantiles de Calderón fue la corrupción más grande. Es una de las historias de mayor corrupción en el país; entonces esa corrupción no la vamos a rescatar”. Sin embargo, el gobierno de López Obrador nunca acreditó esa corrupción.
Además, entre las acusaciones de Sheinbaum no señaló otro caso muchos más evidente: el de los Centros de Desarrollo Infantil, del Partido del Trabajo, manejados por Alberto Anaya y su esposa, para los cuales sí hubo recursos públicos cuando se les retiraron a las estancias infantiles: entre 2019 y 2022 el gobierno entregó cerca de 3 mil millones de pesos a ese negocio partidista (por supuesto, de aliados del gobierno morenista), como exhibió Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad.
Sobre ese modelo de un partido que forma parte de la coalición en el gobierno y más cercano a lo que ha sugerido Sheinbaum, sí hay denuncias documentadas por su operación y aún más: el PT fue multado por las autoridades electorales por 119 millones de pesos porque utilizaron a esos centros para triangular recursos.