febrero 23, 2025

CNTE, una vieja historia QUEBRADERO

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Viene bien que se vaya llegando a acuerdos sobre la Reforma Educativa. El gran reto será qué tanto se van a respetar, si van a ser duraderos en el tiempo y si en verdad la CNTE va a asumir como propios los acuerdos, en el caso remoto de que termine por avalarlos.

Detrás de la Coordinadora existe un mundo inexpugnable. No se sabe cómo puede reaccionar, a pesar de que asuma compromisos. Asume responsabilidades y acuerdos, pero deja puertas abiertas por las cuales, al paso del tiempo basa sus protestas.

En algún sentido se ha convertido en uno de sus signos de identidad; no hay medias tintas ni tonalidades; su lucha, por lo regular, se centra en el todo o nada, acuerde lo que acuerde.

Los profesores de la CNTE no sólo están en la organización para que sus derechos como trabajadores sean defendidos y respetados. También están en ella como parte de una identidad que cae en los terrenos ideológicos y de estrategia política, a la cual se someten, y al paso del tiempo terminan por vivir convencidos de todo ello.

La CNTE es, al mismo tiempo, una importante institución gremial y una organización con características políticas, en la cual se milita como si fuera, y en los hechos termina siéndolo, un grupo político.

Las movilizaciones de la Coordinadora son profundamente efectivas. Saben moverse por todo el país, saben en dónde se tienen que manifestar, saben en dónde le duele al Gobierno, de lo cual se aprovecha; y como se ha vuelto parte del manifestódromo cotidiano se mueve a su anchas, a pesar de lo que pueden provocar entre los ciudadanos.

Su relación con el Gobierno ha entrado en los terrenos de confrontaciones y riesgos; quizá en este caso sí se pueda aplicar aquello de que “se acabó la luna de miel” o está por acabarse. Ayer en las afueras de San Lázaro, las protestas de la CNTE se dirigieron en contra de López Obrador, al que acusaron de haber presentado una reforma igual a la de Peña Nieto. Las consignas son la evidencia de ello: “AMLO decía que todo cambiaría, no es cierto, no es cierto, es la misma porquería”.

En este juego de vencidas, la CNTE está perdiendo de vista algo importante. Hay una convicción del Gobierno de que se debe abrogar la “mal llamada”. Se está en ello sin la menor duda; pero no se puede inventar el hilo negro y es aquí en donde hay que establecer y asumir que la reforma anterior tiene virtudes y que no se puede partir de cero.

Al interior del Gobierno de Peña Nieto hubo muy pocas voces que salieran en defensa de “su” reforma. Más bien lo contrario: se echaron para atrás y casi terminaron desconociéndola. Pasaron por alto las consultas que hicieron para la creación de “su” reforma, en las que participaron cerca de 300 mil personas en todo el país.

Independientemente de esto, por más que traiga el tufo del pasado sexenio, la “mal llamada” tiene elementos a considerar que inevitablemente contempla la nueva reforma. Insistimos no se puede partir de cero; algo que en varias áreas le ha dado por hacer al nuevo Gobierno.

En el área educativa se han hecho muchas cosas y muy buenas que son parte del sustento de la nueva reforma. Abrogar o derogar no puede llevar a la insensatez de partir de cero.

El Gobierno, en particular la SEP, y el Congreso se han acercado a la CNTE, no sólo como un acto político, sino para escucharla y, sobre todo, para tomarla en cuenta.

Lo que el Gobierno enfrenta es un desengaño; creyó que las cosas serían distintas.

No hay espacio en el país para hacer la reforma que la CNTE quiere unilateralmente; así no funciona la política y menos, la educación del país.

No se ve por dónde, seguirán los nubarrones.

RESQUICIOS.

¿Hubo una sobrerrespuesta sobre la carta y declaraciones del Presidente sobre los 500 años? Quizá, pero hay que identificar que hubo mucho de fondo y forma detrás de lo que hizo. No sabemos qué esperaba, pero lo que está pasando era, en algún sentido, de preverse. Él fue quien lanzó la piedra y el reto.


Este artículo fue publicado en La Razón el 28 de marzo de 2019, agradecemos a Javier Solórzano su autorización para publicarlo en nuestra página.

Autor

  • Javier Solórzano

    Javier Solórzano es uno de los periodistas mexicanos más reconocidos del país, desde hace más de 25 años. Licenciado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Nacional Autónoma de México, cursó estudios en la Universidad Iberoamericana y, hasta la década de los años 80, fue profesor de Comunicación de la Universidad Autónoma Metropolitana.

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