El estallido de la demagogia

Compartir

Las peleadísimas elecciones en el Edomex dejaron una lección indiscutible: Morena será el partido a vencer en los comicios presidenciales de 2018. A pesar del triunfo que, por dos puntos, dio el conteo rápido al priista Alfredo del Mazo, la ascendencia de Morena como partido resultó descomunal.


AMLO fue el verdadero candidato: suplantó a la abanderada oficial de Morena, Delfina Gómez, de una manera grotescamente autoritaria:


1.- Acaparó para su campaña presidencial 43 actos de la campaña de Delfina Gómez, y le dejó únicamente 30 a ella para que se promoviera como aspirante a gobernadora.


2.- Como presidente de Morena que es, AMLO ni siquiera consideró importante acompañar anoche a Delfina Gómez cuando ésta apareció en conferencia de prensa para declararse ganadora de la contienda.


Aunque la ceguera de casi dos millones de habitantes del Estado de México, que votaron por Delfina Gómez, fue tal que no se detuvieron a pensar en lo anterior y que, en realidad, estaban eligiendo a una marioneta política, pues quien hizo la campaña fue AMLO.


Aun así, AMLO quedó apenas a dos o menos puntos de ganar, pese a usar un discurso de promesas vacuas, las cuales ni siquiera entendió que debía explicar cómo las cumpliría, desde acabar con la corrupción, las injusticias y los privilegios, hasta ofrecer trabajo, mejores salarios y estado de bienestar.


¿Cómo se los va a garantizar? No lo dice. Tampoco lo cree necesario. En su objetivo de destruir el sistema de partidos exprimiendo las reglas del Estado de Derecho, AMLO sólo maneja un mensaje político: el culto al “yo estúpido”. Da por hecho que la sociedad ni piensa ni tiene memoria.


Pero si los electores de Delfina Gómez fueron ciegos al no ver que votaban por otro, en cambio, el 56 por ciento de los mexiquenses que no participó en la jornada electoral fue displicente, apático, indolente y desabrido a extremos insultantes.


Porque tampoco quiere decir que Alfredo del Mazo representara una candidatura modelo: había para muchos más de un motivo para no elegirlo, sobre todo por aquellos que le criticaban su procedencia de una dinastía política (nieto e hijo de gobernador), pariente del Presidente…


Sin embargo, más de la mitad de los mexiquenses no consideró importante ir a las urnas para decidir ni contra la demagogia populista de AMLO, la candidatura poco atractiva para muchos de Del Mazo, o la recurrente candidatura perdedora de la panista Josefina Vázquez Mota.


Así, el camino queda abierto para que Morena sea el partido a vencer en 2018, ya quitemos por cualquiera de los partidos o alianzas que se organicen, sino por la democracia mexicana.


Porque se tratará de una elección entre la libertad ganada y el autoritarismo de AMLO.



Este artículo fue publicado en La Razón el 05 de junio de 2017, agradecemos a Rubén Cortés su autorización para publicarlo en nuestra página.

Autor