Al autorizar la “concentración accionaria” mediante la cual América Móvil tomará el control de Digicrd, filial de MVS y concesionaria de 60 MHz en la banda de 2.5 GHz, el Ifetel salvó a la empresa de la familia Vargas de perder sus concesiones en ella y, al mismo tiempo, otorgó al consorcio de Carlos Slim una ventaja competitiva con respecto al uso de una región del espectro radioeléctrico sumamente codiciada por las empresas del sector debido a que ahí se pueden prestar servicios de comunicación móvil, cada vez más demandados por la población.
Tesoro radioeléctrico
Los antecedentes de esta operación son conocidos, pero no sobra recordar algunos: 1) la banda 2.5 GHz —2,500 a 2,690 Mhz— fue concesionada a MVS en 1991 para prestar servicios de radio y televisión restringidas; 2) en 2003 MVS inició gestiones para renovar esas concesiones, las cuales estaban próximas a fenecer; 3) en 2007, la Unión Internacional de Telecomunicaciones (UIT) identificó a esa banda como susceptible de albergar servicios móviles de banda ancha, en especial telefonía celular 4G; 4) en abril de 2011, MVS, consciente de que poseía un tesoro, anunció el proyecto Banda ancha para todos, mediante el cual pretendía llevar, en alianza con socios extranjeros, servicios de internet a diversos lugares del país.
El proyecto no pudo realizarse porque el gobierno de Felipe Calderón decidió que la banda 2.5 GHz podía generarle al gobierno ingresos mediante la licitación de frecuencias, por lo que, en agosto de 2012, anunció que no renovaría las concesiones en esa banda y la “rescataría”.
EPN al rescate
La decisión gubernamental dio lugar a un escándalo político en el que participaron Televisa (que se oponía a la renovación de concesiones a MVS y exigía que la banda se licitara); Joaquín Vargas, presidente de MVS (quien acusó al gobierno de ponerle como condición, para renovar las concesiones, sacar del aire a Carmen Aristegui); Alejandra Sota, vocera de la Presidencia (que se enfrascó en una disputa mediática con Joaquín Vargas para desmentir la acusación de éste); el secretario de Comunicaciones, Dionisio Pérez Jácome, y Javier Lozano Alarcón, señalado por Vargas como vocero extraoficial del gobierno para hacerle llegar amenazas y advertencias.
En septiembre de 2013, el gobierno de Enrique Peña Nieto trató de calmar las aguas y llegó a un acuerdo con MVS: le refrendaría a Digicrd las concesiones de 60 MHz en la banda de 2.5 GHz con la condición de que comenzara a operar servicios de comunicación móviles antes del 31 de diciembre de 2016. No le renovó los 190 MHz porque la banda era ya muy codiciada y hubiera sido escandaloso dejarla en manos de un solo operador; por lo tanto, el gobierno se quedó con los 130 MHz restantes para licitarlos y obtener por esa vía recursos económicos, además de “fomentar la competencia”.
Control accionario
De no cumplir con el inicio de operaciones dentro del plazo indicado en el acuerdo, MVS podía entrar en un escenario similar al de 2012: el gobierno podría “rescatar” los 60 MHz “por estar ociosos”. Es claro que MVS no tuvo la capacidad económica para cumplir con el compromiso; en noviembre de 2016, recurrió a América Móvil para que este consorcio, a través de su filial Telcel, adquiriera los derechos de operación que correspondían a MVS en la mencionada banda. En ese mes, MVS gestionó y obtuvo, por parte del Ifetel, prórroga de un año para prestar los servicios de comunicación móvil.
En su sesión del 27 de abril de 2017, el pleno del Ifetel autorizó “la concentración UCE/CNC0032016”, que permitirá a las empresas Utrera, SA de CV, Grupo MVS, SA de CV, y “un ciudadano”, cuya identidad permanece oculta por decisión del órgano regulador, vender el control accionario de Digicrd, SA de CV, titular de las concesiones de 60 MHz en la banda de 2.5 GHz, a Radiomóvil Dipsa, SA de CV (Telcel) y a AMOV IV, SA de CV, filiales de América Móvil.
Sin licitación
Se supone que el Estado mexicano licitará los 130 MHz restantes de esa banda, pero no se sabe cuándo. Por lo pronto, sin participar en licitación alguna, el consorcio de Slim ya tiene presencia en esa importante región del espectro; con ello logra, además, una valiosa ventaja de tiempo sobre las empresas que decidan entrar a la licitación de la banda 2.5 GHz.
Este artículo fue publicado en Milenio el 11 de mayo de 2017, agradecemos a Fernando Mejía Barquera su autorización para publicarlo en nuestra página.
Autor
Periodista y profesor-investigador de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México.
View all posts