El 8 de febrero la hoguera digital linchó a Avelina Lésper porque ella habría roto cierta obra que consiste en un vidrio, dos pelotitas, una piedra y una pluma soportados por dos tubos delgados; la obra está valuada en 20 mil dólares. La crítica de arte afirma que no rompió ese objeto y más allá de que yo le creo –ella nunca ha mancillado ninguna obra– no hay una sola prueba de que lo habría hecho. Lésper propuso repararla pero no hubo acuerdo y dejó sus datos al dueño de la galería por si el autor requería de la ayuda de Avelina.
Otro asunto es que también coincido con ella en que ese vidrio, dos pelotitas y una pluma no son arte sino la expresión de un deterioro intelectual y moral con el que muchos miran al arte y que es parte de cierto culto a la ignorancia que, poco a poco, permea en el mundo. Avelina dice, y estoy de acuerdo en que ello, no significa que quien no coincida con eso (para mi son ridiculeces) pueda romper esos tesoros de la humanidad.
P.D. Me encanta que la mejor crítica de arte en México sea una mujer.
