febrero 22, 2025

¿Por qué “Rocketman” es una extraordinaria película?

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Elton John no figura dentro de mi lista de los diez mejores cantantes y músicos de los años 70 a la fecha, vamos, ni siquiera está dentro de los veinte aunque hay tres o cuatro canciones que me parecen simpáticas: “Goodbye Norma Jean” (que luego adaptó para dedicarla a su amiga Lady Diana por su muerte; “Whatever gets you thru the night” donde acompaña a Lennon, quien, por cierto, le inspiró para definir su segundo nombre artístico); “Your Song” y, si acaso, “Crocodile rock”.

Entonces, anoto una paradoja: Elton John no está dentro de mis artistas favoritos, pero la película basada en su vida, “Rocketman”, es una de las mejores que he visto en los últimos años (como película es superior a “Bohemian Rhapsody” e incluso para mí la actuación de Taron Egerton como Elton John tiene más calidad que la de Rami Malek en su espléndido papel de Mercuri).

“Rocketman” es el boceto de una vida y, por ello, es sesgado e insuficiente pues no se trata de una biografía sino de una estampa que Elton John decidió exponer desde el niño que vivió el rechazo de su familia, sobre todo la del padre, por su condición homosexual hasta quienes por esa misma preferencia intentaron aprovecharse de él. De ahí que el espectador conozca al niño Reginald Kenneth Dwight en su búsqueda para lograr una identidad musical y sexual, entre la música clásica y la máscara heterosexual para integrarse mejor al mercado. En ese marco es entendible la falta de autocrítica y hasta el chantaje aunque Elton John exponga su vida en una sesión de alcohólicos y drogadictos anónimos. Pese a ello, podemos asomarnos a parte de su inseguridad, sus excesos con el alcohol y las drogas y su ser estrafalario con el que montó su propia máscara en los escenarios (todo ello además de varias canciones que lo identifican como un icono del pop).

“Rocketman” no es una gran película por su contenido: no son claras las facetas musicales por las que atravesó desde el jazz, pasando por Elvis Presley y los Beatles, hasta el soul y el gospel para llegar a algo tan pop como la disco. Sólo un pretencioso podría exigir al filme que nos muestre canciones de Elton John como tenor hasta ahora que es barítono pero sin duda un espectador promedio (como lo soy yo) sí puede esperar que el compositor fuera algo más que la víctima de todos y mostrara aún más su debilidad para enfrentarse consigo mismo (la denuncia permanente del acoso por su condición sexual se vuelve chantaje) o su indefinición para entregarse a un estilo, en la cinta parece como versatilidad y lo es, claro, pero no sólo: el propio Elton John, a los 72 años resolvió regresar a sus raíces.

“Rocketman” es una gran película por sus recursos narrativos, entre el musical, el entrecruce de los tiempos y el retrato de las épocas con varios iconos que le corresponden, hasta varios códigos de comunicación con los espectadores que, aunque a veces es predecible como el abrazo de Elton John al niño que fue, define una dinámica en la que tarareamos canciones, movemos piernas y hombros, sentimos nostalgia y a veces abrazamos al artista, sí como él lo hace al niño que fue, nosotros también podemos ser ese niño que abraza al adulto y así lo comprende.

Las técnicas cinematográficas son formidables, desde los movimientos de cámara hasta los conciertos masivos, pasando por el influjo de las drogas y el torbellino del movimiento de las cámaras que generan el mismo vértigo y ausencia de sí mismo que seguramente sintió Elton John de tal modo que llega a entender que la vida también se construye de actos cotidianos y al mismo tiempo saber que él es un tipo extraordinario, que la vida es ruptura con el otro y lo es también gracias a la amistad a toda prueba, la que nos hermana y comprende además de exigir y compartir los frutos del esfuerzo. Aunque de ningún modo “Rocketman” es una lección de vida, sí es el marco que nos permite asomarnos a varias épocas, comprender sus valores y definir los que resultan imperecederos precisamente porque son los que nos definen como seres humanos y uno de ellos, sin duda, es buscar el amor.

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