El actual presidente dejó el PRI en 1988 diciendo que era porque no podía ser candidato, pues no había democracia interna. Hoy, el pasado lo alcanza: impide la democracia interna en Morena, y obligará a Monreal a dejar el partido para poder ser candidato.
Ya como presidente y caudillo de un partido creado por él, ordena que la candidatura presidencial del mismo se decida por una encuesta y no mediante proceso interno democrático, de voto directo y secreto de la militancia.
Pero la encuesta es una trampa mortal, porque el presidente jamás en la vida ha perdido una medición que él haya organizado. Sólo ha perdido elecciones democráticas de voto directo y secreto, pero nunca encuestas, plebiscitos o consultas ordenadas por él.
Veamos, muy rápido:
-Como jefe de gobierno, ganó el plebiscito para construir los Segundos Pisos: de seis millones 600 mil electores, votaron 300 mil.
–Como jefe de gobierno, sometió su cargo a consulta telefónica: nueve de cada 10 lo apoyaron, con 500 llamadas por minuto.
–Como presidente electo, canceló el aeropuerto de Texcoco con una consulta a sólo un millón de los 90 millones del padrón del INE.
–Como presidente electo, hizo y ganó, con participación escasa, 10 consultas más sobre proyectos suyos, como Tren Maya, Dos Bocas programas sociales y la termoeléctrica de Huexca.
–Como presidente, consultó y ganó, a mano alzada, la cancelación de la construcción de un Metrobús en La Laguna.
–Como presidente, consultó a los pueblos indígenas de cinco estados del Sureste, y casi todos los indígenas dijeron que sí a la continuación del Tren Maya.
Nadie le gana una. Por eso Ricardo Monreal no quiere caer en la celada del presidente de decidir a su sucesor con una encuesta, que será igual a todas las que éste ganó antes, hasta para decidir el costo del boleto del Metro o el Horario de Verano en el GDF.
En 2018 Monreal le ganó a Claudia Sheinbaum más de 20 encuestas independientes, incluida una medición espejo de la UNAM, para la candidatura de Morena a la Jefatura de Gobierno. Pero al final ella ganó la que montó Morena, que nunca dio detalles de cómo la hizo.
Sin embargo, lo más seguro es que Marcelo Ebrard sí se someta a la encuesta del presidente, como en 2012 para elegir al candidato presidencial del PRD, cuando Covarrubias y NODO hicieron dos encuestas a cinco mil 995 personas.
Ebrard se impuso en dos de las tres preguntas divulgadas; los resultados de las otras dos no fueron informados. Pero el ganador fue el actual presidente. Ebrard no hizo reclamos “para no dividir a la izquierda”.
Sí: en sus encuestas, es invencible.