El primer debate de la campaña presidencial de Estados Unidos, celebrado el pasado martes entre el presidente Donald Trump (74 años) y el candidato demócrata Joe Biden (77), captó la atención de la prensa de ese país y del mundo.
Distintos medios lo han calificado como un “desastre”, un “caos” o como algo “increíble” por el show a cargo del “payaso” Trump —así lo calificó Biden—, que se dedicó a gritar e insultar a su adversario y nunca hizo caso de los señalamientos del moderador, el periodista Chris Wallace.
Las encuestas dan como ganador al demócrata. En la de CNN, 28 por ciento dice que ganó Trump y el 60 por ciento Biden. Y en la CBS, 41 por ciento que ganó el republicano y 48 por ciento el demócrata.
¿Qué efecto tiene en el electorado el resultado del debate? Antes de éste, de acuerdo a las encuestas, entre 75 por ciento y 90 por ciento ya tenía decidido su voto a favor de uno u otro de los candidatos.
Y entre 10 por ciento y 25 por ciento todavía se mantenía indeciso, y sólo 13 por ciento decía que podía cambiar su voto ante lo que ocurriera en el debate.

La historia del resultado de los debates en Estados Unidos arroja que un porcentaje muy bajo, menos del 3 por ciento, decide su voto a partir de lo que ocurrió en los mismos.
Se van a dar dos debates presidenciales más, uno el 15 de octubre y otro el 22 de octubre. El 7 de octubre habrá uno entre los candidatos a la vicepresidencia.
Los moderadores de los próximos debates deben tomar muy en cuenta de lo que ocurrió en este primero, donde la estrategia de Trump fue interrumpir a su adversario y al moderador. Esto fue ante su incapacidad de dar respuestas serias y creíbles a temas como su evasión fiscal de los últimos 15 años, el manejo de la pandemia, el racismo y su discurso de odio.
En el voto popular no hay duda de que Biden lleva la delantera, pero en el sistema electoral de Estado Unidos éste no cuenta y vale el de la asignación de un determinado número de votos por cada estado.
Ahora los estados clave, donde se va a decidir la elección, son Arizona, Michigan, Wisconsin, Pensilvania, Florida y Carolina del Norte. Es ahí donde los candidatos van a concentrar su campaña en los próximos días.
Los especialistas coinciden en señalar que en esta elección el resultado de los debates no va a modificar la preferencia que los electores tienen sobre los candidatos, pero sí pueden tener algún impacto en los estados ya mencionados.