Problema personal de Álvarez Icaza con el PRI

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La CIDH es sufragada básicamente por Estados Unidos. Por eso no puede asomarse en Cuba o el bloque bolivariano, que ni le pagan sus cuotas. Brasil le debe 15 millones de dólares. México, en cambio, le permite entrada libre.


Y paga sus cinco millones 620 mil 300 dólares signados. Pues a México escogió el secretario de la CIDH, el mexicano Emilio Álvarez Icaza, para atraer recursos (un millón de dólares extra cada seis meses por investigar el caso Iguala) y saldar deudas políticas con el partido gobernante.


Álvarez Icaza es un incombustible crítico del PRI porque le negó el voto en 2009 para la presidencia de la CNDH y apoyó a Raúl Plascencia, candidato del entonces Presidente, Felipe Calderón.


Ayer Álvarez Icaza dio el último golpe al PRI antes de abandonar la CIDH. Ya regresa para hacer política desde la oposición y buscar una candidatura presidencial como independiente: el informe sobre derechos humanos en México.


Es el primer informe completo de la CIDH sobre México desde… 1998. Álvarez Icaza se esmeró más que sus antecesores. La CIDH no tuvo en cuenta a México ni cuando Calderón fue acusado en La Haya por un pupilo de Genaro Góngora, consejero de Morena, por delitos de lesa humanidad.


Con 23 mil firmas, La Haya aceptó el reclamo (470 supuestas torturas, ejecuciones extrajudiciales y secuestros) junto con otro presentado desde Venezuela contra Hugo Chávez. Pero cuando perdió el PAN, la izquierda olvidó aquella acusación en La Haya para tomar al PRI de nuevo villano.


¿Qué dice el primer informe completo de la CIDH sobre México desde 1998? Repite la relatoría oficial del gobierno mexicano de septiembre pasado, en que acepta que existen 25 mil 230 personas extraviadas o no localizadas: 24 mil 812 correspondientes al fuero común y 418 al federal.


Sólo que Álvarez Icaza no les llama “extraviadas” o “no localizadas”, sino “desaparecidas”, para hacer pensar en soldados o policías entrando a las casas y llevándose personas, como durante la Guerra Sucia o las dictaduras latinoamericanas de derecha de los 70 y 80.


Sólo le falta poner al informe como música de fondo “Desapariciones”, de Rubén Blades: Anoche escuché varias explosiones. Putún, patá, putún, peté. Tiros de escopeta y de revólver, carros acelerados, frenos, gritos. Eco de botas en la calle.


No explica el informe que los desaparecidos se concentran en estados del norte, donde incide el narcotráfico y quienes se enrolan en éste no dejan dirección donde pueden ser localizados, se matan entre ellos y desaparecen en fosas o cocidos en ácido.


Ni insiste en la masacre de 72 migrantes en 2012 a manos de Los Zetas.


Es lógico: con unos pobres migrantes no es rentable hacer política.



Este artículo fue publicado en La Razón el 03 de Marzo de 2016, agradecemos a Rubén Cortés su autorización para publicarlo en nuestra página

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