lunes 08 julio 2024

Quién tuvo la culpa

por Amado Avendaño

En memoria de mi querido maestro Ricardo Rocha Reynaga, que su obra y memoria perduren.

Hay mucho enojo, muchos reproches y decepción por la derrota electoral de Alejandra del Moral en el Estado de México y no es para menos, la expectativa que se generó, era muy grande.

Sin embargo hay cosas que quedan muy claras en esta elección, por ejemplo que el gobernador Alfredo del Mazo terminó dándole la razón a quienes pensaban que había entregando la plaza desde hace rato, con promesa de embajada o sin ella, su actitud de sumisión, a diferencia de la del gobernador de Coahuila Miguel Ángel Riquelme, lo delata.

Que con toda irresponsabilidad los líderes de los partidos PRI, PAN y PRD, los mismos que quieren elegir a la candidatura presidencial por encuestas, se anticiparon a anunciar y celebrar un triunfo que nunca existió basados en sus propias encuestas, para luego largarse a Coahuila a celebrar con Manolo Jiménez y abandonar a Alejandra del Moral para que saliera sola a asumir la derrota.

Que el INE sigue siendo el INE y que a pesar de las circunstancias en las que se dio el relevo en la presidencia, todo funcionó a la perfección, se instalaron prácticamente todas las casillas excepto dos y los resultados siguen siendo contundentes y confiables.

Que las encuestas son una verdadera marimba y que la diferencia final de 8.3 por ciento no la pudieron anticipar ni unos ni otros, lo mismo dijeron que la elección estaba cerrada, o que la diferencia era de 18 puntos porcentuales, lo que termina siendo una irresponsabilidad ética y profesional.

Otro dato a destacar es que la participación del PAN resultó irrelevante en las dos  elecciones: 11.3% en el Estado de México y 6.85% en Coahuila. Ya no digamos la del PRD: 2.9 por ciento en el Edomex y 2.7 en Coahuila.

Pero lo verdaderamente relevante, la lección que hay que aprender, es que una cosa es convocar a una movilización para defender al INE y a la democracia y otra muy distinta tratar de hacer que eso se traduzca en votos. No es en automático, el rechazo de los partidos tradicionales de oposición sigue siendo muy grande. 

Es decir, no basta una buena candidata, ni que las organizaciones y ciudadanos nos metamos a promover una campaña cuando la falla es de origen: la legitimidad en su proceso de elección interna.

Alejandra del Moral sí era una buena candidata, pero en sus espaldas cargó el lastre de haber emanado del grupo Atlacomulco, de haber surgido de un acuerdo cupular y aún cuando fue arropada por la marea rosa, el lastre que implica ser priista en estos tiempos y arrastrar los mismo colores de Peña Nieto, de Moreira o de Alito Moreno, pesó más.

Para los electores de Morena no importa quién sea la candidata, la marca es lo que cuenta; pero para cualquier candidatura de oposición al lopezobradorismo, sí es indispensable tener legitimidad frente a la ciudadanía. La gente no va a votar por cualquiera que le pongan sólo porque es de oposición, por eso terminó de creer que Alejandra fuera la candidata de la sociedad civil y aunque remontó más de 10 puntos porcentuales, no fue suficiente.

Para ganar en 2024 no basta la unidad, para sacar a la gente a votar es indispensable la legitimidad de la candidatura de oposición, tanta ciudadanía como sea posible. La única manera de ganar es inundando las urnas.

A fin de cuentas, la moneda sigue en el aire, no hay una diferencia aplastante. La diferencia de las votaciones de este domingo entre la coalición que gobierna el país y la oposición, es apenas del 4.1 por ciento, equivalente a 300 mil votos de un total de 7.2 millones de votos emitidos en ambas entidades.

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