Este domingo si algo quedó claro es que la ciudadanía sigue más activa que nunca: la plaza principal de Toluca se atascó de gente vestida de rosa en el cierre de campaña de Alejandra del Moral, la candidata de la Alianza va por México adoptada por la Marea Rosa; otros tantos marcharon hacia la Corte y cientos de ciudadanos, los menos, salimos a volantear para promover el voto.
Estas tres acciones nos dejan algunas reflexiones muy claras de aprender: una de ellas es que aunque si bien la unidad es fundamental, también es posible manifestarnos o tomar acción en diferentes lugares al mismo tiempo, aunque con resultados distintos a los esperados.
La segunda, quizá, es que aún cuando existió la tentación del reproche y el protagonismo, la causa de salvar a México y a la democracia es la que está por encima de todo.
La tercera, que nadie tiene el monopolio de las convocatorias a movilizarse, que las marchas no tienen que ser siempre masivas y que cuando se requiera de que así sea, es indispensable llegar a consensos, acuerdos y no tratar de imponer visiones unilaterales.
La cuarta, y más relevante quizá, es que se equivocan quienes creen que las organizaciones que convocaron a las movilizaciones del 13 de noviembre y del 26 de febrero tienen la capacidad por sí mismas de convocar a movilizarse a cientos de miles de ciudadanos en todo el país, porque son ciudadanos, no clientelas.
Lo que en realidad las mueve son la combinación de las causas, la planeación y el sentido de oportunidad. De ahí deriva el reproche de quienes piensan que si hubiésemos convocado desde estas organizaciones se habría llenado el Zócalo y no es así.
Llenar el Zócalo no es un asunto menor, ni el resultado de una ocurrencia, sino un ejercicio de planeación estratégica que atiende a un sentido de lógica elemental que en parte expliqué desde este domingo en un par de twits:
¿Cuándo era más útil hacer promoción con todo del voto en Edomex: un domingo antes de la elección o domingo después? ¿Cuándo era más prudente ir a la defensa de la Corte: un domingo antes de la elección o domingo después? El 5 de junio la Corte seguirá ahí; el Edomex, no lo sabemos.
No es un acto de mala fe, ni de egos, sino de lógica elemental. Es indispensable que como ciudadanía aprendamos a ser estratégicos en estas batallas y en ese camino estamos.
Entendemos que muchos no lo entiendan y que incluso se molesten, pero salvar a México es la prioridad y nosotros tenemos la plena convicción de que estamos siendo estratégicos y congruentes con nosotros mismos en beneficio de todos.
Con toda seguridad si hubiésemos hecho las cosas al revés; es decir, volcarnos todos a promover el voto en el Estado de México primero, para después de ganada la elección volcarnos todos a movilizarnos en defensa de la Corte, quizá habríamos tenido mayor convocatoria en ambos casos.
De cualquier manera jamás será reprochable que la gente se movilice procurando en todo momento que no haya violencia. Yo en lo personal, aunque sea en video y empapado por la lluvia desde Huixquilucan festejé y valoro que el resultado de la marcha sea entre otras cosas que haya quedado limpia la fachada de la Corte.
Me mantengo en mi posición de buscar la máxima unidad posible en defensa de México y de la democracia, porque estoy llamado a ser congruente conmigo mismo y con mis convicciones antes que tratar de quedar bien con todo el mundo, aunque sé que algunos, de todos modos, se van a enojar conmigo.