Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard llegan al final del 2022 como los punteros en la candidatura presidencial por Morena. Junto con Adán Augusto López, son las corcholatas favoritas del presidente López Obrador.
Las estrategias de ambos ya se empiezan a ver. Los empresarios están expectantes de ver qué pasará con ambos.
LAS VISITAS CON EMPRESARIOS
Ebrard y Sheinbaum se han reunido con distintas asociaciones de negocios, Sheinbaum, en la Ciudad de México, con inmobiliarios, pero ha viajado a Nuevo León para reunirse con la Caintra. Y ni se diga de la foto con Carlos Slim Helú para el proyecto de Chapultepec.
Por su parte, Ebrard no se ha quedado atrás. Ha tomado como suyas las negociaciones del T-MEC, pero también todas las misiones comerciales, como sucedió con los países árabes. Y, desde luego, Ebrard también se ha reunido con los organismos empresariales y también con los de Caintra de Nuevo León.
Sin embargo, los empresarios están expectantes de saber cuál de los dos podrá tener un proyecto más conciliador, que permita despertar la inversión privada, que ha estado frenada en un 17% del PIB desde el inicio de la administración del presidente López Obrador.
LA MARCHA DEL 13 DE NOVIEMBRE Y ALEJAMIENTO DE LAS CLASES MEDIAS
El presidente López Obrador ha radicalizado su postura y, por ejemplo, al buscar la desarticulación del Instituto Nacional Electoral se ha separado del sentir empresarial.
López Obrador también se ha alejado de las clases medias, a las que ha criticado de aspiracionistas.
La situación del enojo de las clases medias llevó a la marcha ciudadana del 13 de noviembre en defensa del INE y, en el fondo, del enojo de la clase media con la gestión actual.
La marcha cimbró los cimientos obradoristas y el mismo Presidente contestó con su marcha al domingo siguiente. Y, más allá de la batalla de marchas, una ciudadana y otra gubernamental, la clase media se está separando del Presidente en expectativas, en movilidad social, en temas clave, como las elecciones.
HOGARES DE $11,343 A $77,975
La clase media, según el Inegi, puede ir en México desde hogares con ingresos mensuales de 11,343 pesos (clase media baja), 22,297 pesos (clase media media), hasta 77,975 pesos (clase media alta).
Esta clase media será clave para el voto, más allá de la posible desarticulación del INE que busca el Presidente para realizar elecciones donde el gobierno regrese a ser juez y parte.
Por la clase media veremos una lucha interesante entre Sheinbaum y Ebrard.
Sheinbaum, por su cercanía con el Presidente, ha tomado las filias y fobias obradoristas y, por lo tanto, se ha alejado de la clase media, aunque va cobrando mayor popularidad en las encuestas presidenciales.
Ebrard quiere ser el abanderado de las clases medias, que las sabe olvidadas por la gestión de la 4T.
LA MANO PRESIDENCIAL
La decisión del presidente López Obrador de seguro tomará en cuenta estos temas. El mandatario sabe que la radicalización le puede llevar a perder los votantes “aspiracionistas” de la clase media y, en ese sentido, Ebrard parecería mejor elección.
Pero si el Presidente siente acechada su 4T y su equipo, podría decidir mejor por Sheinbaum.
El próximo año veremos la encuesta de Morena. Si la encuesta la realiza el mismo partido político, será una vacilada. Y, desde luego, lo que veremos es a Ebrard exigiendo a Sheinbaum y a Adán Augusto dejar los cargos para evitar llevar ventaja en recursos. Como sea, las corcholatas deberán resolver el dilema de la clase media, que le terminó dando millones de votos a López Obrador en 2018.
Este artículo fue publicado en Excélsior el 13 de diciembre de 2022. Agradecemos a José Yuste su autorización para publicarlo en nuestra página.
