Un "bad" periodista es quien acusa y deja a quien acusa la carga de la prueba; es quien opta por hacer prevalecer la causa aún en contra del periodismo, el que mira a la audiencia como masa a la que pretende enardecer contra el enemigo de esa causa. Un “bad” periodista es la noticia y no los hechos o quien exige la transparencia al otro pero él mismo periodista no lo es, transparente, para con sus audiencias o lectores. Un “bad” periodista pide que se le crea aunque sólo ofrezca su acusación sin prueba, pretende seguidores no críticos de sus propios contenidos y como seguidores estos tienen la misión de luchar contra el otro que no cree en lo que ellos sí creen y que por ello es enemigo de la causa o aliado de oscuros intereses. Un “bad” periodista jamás reconoce que se equivocó, que ofreció habichuelas y no primicias, y es que aceptar el error es darle una concesión al enemigo de la causa y eso jamás, primero deja de ser periodista que abandonar el objetivo.