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Desde la semana pasada, tras la marcha #NoMeCuidanMeViolan, ha circulado en redes sociales una tabla tomada del INEGI que intenta minimizar la gravedad de los feminicidios en el país. En ella se compara mes con mes las cifras de homicidios de mujeres y hombres, siendo éstos últimos los de mayor número. Sabemos, sin embargo, que desde el cambio de gobierno en diciembre pasado, los homicidios dolosos en México han incrementado en niveles exponenciales, siendo junio y julio los dos meses más violentos desde que se tiene registro.

Pero hay algo más importante. La esencial y terrible diferencia entre los homicidios dolosos y los feminicidios: que a las mujeres se les mata por una cuestión de género¹.

FOTO: GALO CAÑAS /CUARTOSCURO.COM

El pasado 8 de marzo, en el marco del Día de la Mujer y la propaganda de sus 100 días de gobierno, escribí que al Presidente no le importan las mujeres. Hoy, a nueve meses de gobierno lo sostengo. La violencia contra las mujeres es un problema de Estado que, contrario a disminuir día con día, aumenta, y Andrés Manuel López Obrador lo ignora.

Las mujeres no somos prioridad. Durante nueve meses, López ha preferido encabezar giras semanales por diferentes estados de la República para repartir dádivas que dialogar con organizaciones feministas y establecer compromisos, acciones y programas que sirvan para contrarrestar la violencia de género.

Es hasta el jueves 22 de agosto que el Ejecutivo dedica apenas unos cuantos segundos a la gravedad del problema para informar que, insisto, a nueve meses de gobierno, apenas analiza con la Guardia Nacional una estrategia para contrarrestar los feminicidios. A pregunta expresa, claro, de la prensa.

Los números, sin embargo, no mienten. De enero a julio de 2019, se han contabilizado 540 feminicidios. Según cifras oficiales en julio se iniciaron 85 carpetas de investigación por este delito, cuatro más que en junio, diez más que en mayo, y once más que en abril. Cifras que evidencian perfectamente el alza.

Mención aparte merecen los niños huérfanos por feminicidios. Otro problema que el gobierno de la Cuarta Transformación tampoco ha podido encarar.

“Son las víctimas olvidadas de los feminicidios. Están en desamparo”, declaró para El País, María de la Luz Estrada, coordinadora del Observatorio Ciudadano Nacional del Feminicidio (OCNF).

Según especialistas, al menos tres mil 600 niños quedaron huérfanos en 2018, tres mil 300 hasta mayo del presente año y más de 23 mil en la última década.

Incluso la propia titular del Instituto Nacional de Mujeres (Inmujeres), Nadine Gasman, reconoció que la situación de los niños huérfanos es “un problema de emergencia nacional y urgente” en México, por lo que -prometió apenas hace nueve días- que el gobierno federal hará un censo y diseñará una política nacional de atención integral desde una perspectiva de género², algo que debiera ser prioritario pero que no fomenta clientelas y, por lo tanto, forma parte de los temas relegados de la Cuarta Transformación.

El desprecio a nuestros derechos

Al margen de los feminicidios, el gobierno de López Obrador también exhibe su desdén hacia los derechos de la mujer.

El derecho a la interrupción del embarazo, por ejemplo, sigue siendo tabú para su Presidencia. Ni siquiera la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero ha podido en estos meses llevar a buen puerto una iniciativa que de una vez por todas garantice la decisión personal de cada mujer sobre su cuerpo. Por el contrario, López Obrador insiste en someter a consulta el aborto y así exhibe con todas sus letras su conservadurismo.

La bancada de Morena, ¿izquierdista? ¡Qué va!, aunque legisladoras anunciaron desde la legislatura pasada que impulsarían una ley federal al respecto, es momento en que sigue en la congeladora porque no son temas “muy importantes” para el movimiento regeneracional.

El gobierno de López Obrador además, ha golpeado dos de los programas sociales prioritarios para las mexicanas, además, claro, del recorte presupuestal que ha sufrido el sector salud y que ha se visto reflejado en la disminución de recursos para prevenir y atender el cáncer de mamá o el cervicuterino. Me refiero al Programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras y/o Padres Solos y a los Refugios para Mujeres Víctimas de Violencia.

FOTO: GALO CAÑAS /CUARTOSCURO.COM

Sin aportar más pruebas que su propia voz, el Presidente se ocupó los primeros meses de su gobierno en denostar y acusar de corrupción ambos programas que, por un lado se ocupaban de permitir el desarrollo de la mujer y, por el otro, preservar su vida y la de sus hijos ante entornos de violencia.

En un pronunciamiento público hecho el 1 de marzo, la Red Nacional de Refugios explicó al gobierno federal por qué la política de entregar recursos a las propias víctimas no significaba una medida positiva, además de detallar también la importancia de que sea la sociedad civil quien opere los refugios.

En buena lid, las mujeres que impulsaron los refugios o las estancias infantiles se abrieron al diálogo pero López Obrador no hizo más que descalificar. Ahora la Segob es quien ha salido a decir que el próximo 30 de agosto va a relanzar los refugios para mujeres y lo único que se espera es que, además de que sea un programa eficiente, hayan tomado en cuenta la experiencia y recomendaciones de quienes sí, alguna vez iniciaron el trabajo que al Estado le corresponde: la protección de la integridad de cada persona.

Respecto a las estancias un dato: De acuerdo con el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval), en su revisión sobre el programa en el ciclo 2017-2018, a diez años de su creación, el 94% de sus beneficiarios se sienten satisfechos porque “el programa les brindó la posibilidad de contar con trabajo, salud mental, física e ingresos monetarios. Las madres y padres contaron con 34 horas a la semana para acceder al mercado laboral, permanecer en su trabajo o, en su caso, estudiar”³.

Casi el 100% de quienes encontraron en las estancias infantiles una ayuda para mejorar su calidad de vida aprueban el programa, pero López habla de niños fantasma, de supuesta corrupción que hasta hoy no podido probar, y mientras continúa con ese discurso hay al menos cinco mil 340 personas afectadas, entre ellas, mil 662 niños, dos mil 49 padres de familia y mil 310 responsables de las estancias que tenían, además, un medio de trabajo, según informó la Comisión Nacional de Derechos Humano (CNDH).

P.D. En el país feliz, feliz, feliz de López Obrador también creció el número de mujeres desaparecidas. Sólo en el primer cuatrimestre del año la cifra pasó de 237 a 401 casos pero somos “felices, felices, felices”.


1 https://www.gob.mx/conavim/articulos/que-es-el-feminicidio-y-como-identificarlo?idiom=es

2 https://elpais.com/internacional/2019/08/08/mexico/1565299789_217540.html

https://www.eluniversal.com.mx/nacion/sociedad/estancias-tienen-94-de-usuarios-satisfechos

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