Yo vivo en la colonia Del Valle. A unas calles de mi casa (que es la casa de todos ustedes mientras la siga rentando), hay un mercado con unos 45 locales de cerca de 150 posibles, donde hay comida preparada -los mariscos son buenos, así, a secas- y frutas, legumbres y carnes; creo que sus dueños son privilegiados porque pagan cinco mil pesos al año por cada local y con eso tienen su espacio para la vendimia, luz, agua y algunos hasta teléfono; no pagan impuestos desde luego y los trabajadores no tienen una sola prestación laboral, pero ese es otro asunto.
Miren ustedes, el jitomate cuesta ahí 27 pesos el kilo (el normalito, no el jitomate bola que si escribo el precio, con esta gripa, me ahogo por la tos o me voy a las manifestaciones de ese energúmeno que avienta jitomates para recoger los más buenos), el kilo de aguacate ronda los 67 fierros y el limón agrio 27 morelos, para no atosigarlos sólo añado que el kilo de pechuga sin hueso lo vende en 86 pesos doña Chelito, una gorda pintoresca de trenzas y piel color piloncillo, más o menos como en el extranjero nos dibujan a todos los habitantes de este país.
Buenos pues ahí nosotros no compramos el mandado, disculparán ustedes. Mi familia y yo estamos en resistencia. Compramos en Chedraui y estás son las razones de peso: el jitomate normalito está en 13.90 pesitos el kilo, el kilo de aguacate en 36.90, el limón 24.20; ah, y la pechuga en 79.90 varos.
Alguna vez hicimos las cuentas en mi familia, sí compráramos el mandado en ese mercado gastaríamos 1, 200 pesos más, al menos, y ya no digo si consumiéramos, en un arrebato aún más patriotero, en el tianguis de la Narvarte, tendríamos que promover la venta de etcétera como una revista mexicana para que los demás solidarios, la compraran. Y no se qué diga su amor a la patria pero mil 200 pesos a mi me dice que son seis meses del pago de la luz, un año del pago del agua o un mes de gas.
Entonces, la tienda donde compramos es Chedraui, que para los lectores avezados -y en este muro hay muchos de ellos- es mexicana, aunque sus precios son ligeramente menores que los de Walmart además de que, ya se sabe, paga sus impuestos, no tiene trabajadores estadounidenses o franceses además de algo muy importante, por ocupar el estacionamiento pagamos dos pesitos, mientras que en el tianguis o en el mercado, si le damos cinco pesitos al trapero por poco y nos agarra como Andobas a Don Teófilo, esta última referencia para los cincuentones, para los más jóvenes podría decir que casi me abarataran o me surten, vulgo tirarme madrazos pues.
Por eso es que mi familia compra en Chedraui y a veces en Walmart, y es que, además de todo, esta familia mexicana se ayuda ahorrando al menos mil 200 morlacos al mes y para como están las cosas, no es cosa menor. Ahora que comprendo y admiro a quienes prefieren comprar en tianguis o mercados y darle su feria al viene, viene, al ritmo de viva México. Cada quien.