“Mi padre no era un ángel”, explica Christopher Entwistle. “Pero era un tipo encantador, en general. No quería que este libro fuera una pieza de pelusa”
Dentro había un maletín de cuero lleno de cuadernos A4 y hojas sueltas de páginas. Era el comienzo de una autobiografía que el bajista había comenzado en 1990 y nunca estuvo cerca de terminar. Muy pocos fuera de su familia inmediata habían visto alguna vez una palabra de eso. “Había cuatro capítulos completos de un procesador de textos”, dice Rees. “Los cuadernos estaban llenos de historias escritas a mano de otros períodos de su vida que no quería escribir. Todo era divertido, inteligente y muy descriptivo. Me dio una pequeña sensación de poder hablar con él a través de él y escuchar su voz”.
La idea de escribir un libro sobre Entwistle se le ocurrió por primera vez a Rees hace unos cinco años cuando asistió a un festival literario para escritores de música en Manchester, Inglaterra. Se encontró con un colega en el bar del hotel que le contó historias locas sobre su visita a Entwistle en Quarwood, su mansión victoriana en Gloucestershire, Inglaterra. “Me dijo que tenía todo el equipo de bajo instalado en su sala de estar”, dice Rees. “Me hizo darme cuenta de que él era una de las últimas grandes estrellas del rock. Encarnó todo lo que imaginas que sería una estrella de rock de los años setenta, desde la forma en que vivió hasta la forma en que murió”.
Rees contactó a Christopher Entwistle para un artículo de dos partes sobre su padre en la revista Classic Rock. “Apenas arañó la superficie de cómo era papá”, dice Christopher. “Unos meses más tarde volvió a mí y me dijo: ‘¿Puedo hacer un libro?’ Por cómo salió el artículo de la revista, mi madre y yo pensamos que sería una buena idea”.
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