El Papa Francisco culpó al “gran acusador” (el diablo) de ser el responsable de la difusión masiva de los pecados de los obispos, que, según dijo, son amplificados públicamente para “escandalizar al pueblo”.
“En estos tiempos parece que el ‘gran acusador’ anda suelto y está enojado con los obispos. Es cierto, hay muchos, todos somos pecadores, no sólo los obispos. (Pero él) trata de revelar los pecados, que se vean, para escandalizar al pueblo”, declaró ayer el pontífice durante el sermón de su misa matutina, celebrada en la capilla de su residencia vaticana, la Casa Santa Marta.
Según cita Notimex, con esas palabras hizo referencia al libro bíblico de Job, que presenta al demonio justamente como el “gran acusador” que “va por el mundo viendo cómo acusar”.
Francisco instó a los obispos a ser humildes y permanecer cerca del pueblo, sin darse una visa aristocrática.
“Los obispos deben recordar tres aspectos fundamentales: su fuerza es ser hombres de oración, tener la humildad de saber que fueron elegidos por Dios y permanecer cerca del pueblo”, agregó.
