Por Rodolfo de la Cruz/ Especial
El empresario Juan Sartori es el fenómeno de estas semanas en Uruguay. De acuerdo a las cuatro principales encuestadoras de dicho país, en su primera incursión en política, luego de más de dos décadas de ausencia, ha logrado ubicarse en la antesala de la candidatura presidencial del principal partido de oposición, el Partido Nacional.
Sartori es el personaje del que todos los uruguayos hablan, para bien o para mal porque en apenas cuatro meses después de haber anunciado su decisión de competir por la presidencia, pasó de ser un completo desconocido a una especie de rock star que va por las calles y barriadas uruguayas repartiendo abrazos y sonrisas y prometiendo algo que parece demasiado audaz para los políticos tradicionales, pero que él dice que es realizable: generar 100 mil nuevos empleos en el país.
Para promocionar sus intenciones rumbo a la elección interna que se realizará el 30 de junio, Sartori construyó su estructura en apenas unas semanas, y opera con activistas que van tocando casa por casa para difundir a este outsider que es visto con recelo por sus compañeros del Partido Nacional, al que se afilió por invitación del empresario Alem García, unos meses antes de lanzar su candidatura.
Sin embargo, el recelo de los nacionalistas frente a este outsider que ha llegado a moverles el piso de las preferencias electorales, no está solo. Un buen sector de la prensa uruguaya mira con ojo crítico a este empresario al que acusan de nunca haber votado en una elección presidencial, porque se fue de Uruguay a los 12 años, y sin embargo, ahora está entre los posibles aspirantes.
Una muestra del sesgo informativo es la siguiente: si un político tradicional como Ernesto Talvi recurre a activistas y a un call center para aumentar su presencia en la lucha por la candidatura del Partido Colorado, periódicos como El Observador dicen que se trata de un personaje “que usa la estrategia ganadora de Barak Obama”. Sin embargo, respecto del mismo esquema de promoción utilizado por Sartori, el mismo diario, además de periodistas importantes de Uruguay como Ignacio Alvarez, acusan “compra de votos”.
Como sea, y a pesar de los ataques que recibe a diario, Sartori sigue creciendo en la intención de votos y esta semana, las encuestadoras Equipo, Radar y Cifra se sumaron a Factum y a la mexicana Gabinete de Comunicación Estratégica, quienes ya planteaban que “el fenómeno Sartori” se encuentra en segundo lugar de intención de votos en el Partido Nacional, superando a Jorge Larrañaga y unos 12-15 puntos abajo en promedio del líder, el hijo del ex presidente Luis Alberto Herrera, Luis Lacalle Pou.
Conociendo el resultado de las más recientes encuestas, Sartori dijo que la competencia rumbo a las internas que se realizarán el 30 de junio es entre dos, y reiteró que su propuesta “difiere en mucho de lo que los políticos de siempre vienen haciendo; yo quiero un Uruguay grande, con 100 mil nuevos empleos y con mejores salarios”.
Sin embargo, en un afán de borrarle la permanente sonrisa del rostro, la oposición a su candidatura y la prensa presentó este jueves un nuevo señalamiento en contra del joven empresario, al presuntamente descubrir que entre sus asesores tiene al venezolano Juan José Rendón y al panameño Avidel Villarreal, expertos a los que el periódico sugiere como responsables no sólo del avance inédito de la candidatura de Sartori sino de un supuesto “enrarecimiento” del clima electoral, con la aparición de propaganda en contra de los precandidatos de diferentes partidos.
El comando de prensa del precandidato, en un comunicado, expuso que en esa campaña han hablado y recibido opiniones de decenas de especialistas en marketing político pero que “Sartori está claro que nadie conoce mejor a los uruguayos que los uruguayos, y por eso integró un equipo de campaña local”.
En la víspera, el programa de televisión “Santo y Seña” del periodista Ignacio Álvarez, el más popular de la televisión uruguaya, dedicó una edición especial a revelar “quién es Juan Sartori”, pero lo que se esperaba como un “golpe demoledor” quedó en señalamientos tendenciosos porque no se presentaron mayores elementos de prueba. De nuevo, el comando de prensa de Sartori se concretó a decir que piensan contratar a Ignacio Alvarez “porque cada vez que saca algo contra la campaña, crecemos; la gente está cansada de la política tradicional, de los ataques a las nuevas propuestas, y no se deja engañar”.