Recomendamos: La tragicomedia de Radio UNAM, por Hermann Bellinghausen

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Sigue la tragicomedia que está dando al traste con la que fuera, en el sentido amplio de la expresión, la mejor difusora de música y cultura en el país, y daba estatura a la casa de estudios de la que forma parte. La renuncia del insufrible Nicolás Alvarado como director de Tv UNAM podría blindar a la aún más escandalosa administración de Renato Dávalos al frente de Radio UNAM, disimulándola para el escrutinio público. Las designaciones de ambos (quienes no son universitarios) hace unos meses fueron simultáneas y gemelas, y habrían sido impuestas al rector Enrique Graue por el presidente Enrique Peña Nieto directamente, según él reconoció ante un grupo de colaboradores.


Con el ex rector José Narro (de persistente influencia en la UNAM) en plan de hincha tricolor, los usos y desusos que se den a la difusión (electrónica al menos) del conocimiento y la creación serán los mismos de quienes se llenan las manos de dinero y sangre en las altas esferas del poder, mientras exhiben una infinita capacidad de mendacidad (nos la receten cada día) y de riegue bochornoso. Necesitan medios que les cubran la espalda.


Formalmente, la emisora aún define su visión como sigue: Seguir siendo referente de la más alta calidad y excelencia en la historia de la radiodifusión mexicana, caracterizada por impulsar una programación crítica y diversa que incluya la música de concierto, por abrir espacios para la nueva creación y por preservar y difundir el valioso patrimonio sonoro con que cuenta la emisora, con la intención de generar nuevas audiencias de radioescuchas de diferentes edades y diversos intereses, como corresponde a su vocación universitaria.


http://www.jornada.unam.mx/2016/09/05/opinion/a10a1cul

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