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Como Gil sí cree en los expertos, se dio a la tarea de preguntar. En el gobierno nadie pregunta, más bien predican, pontifican, aseguran y creen tener la verdad y muchos enemigos conservadores de la derecha, del neoliberalismo. Dirán la misa cívica de las mañanas, esas que llevan al paroxismo al dos veces doctor y hoy flamante evaluador de consejeros electorales y propagandista de la autodenominada 4T, Mr. John Ackerman; dirán la misa, decía Gil, pero hemos vivido una impericia administrativa en el sistema de Salud pocas veces vista en México. ¿Una prueba? El desabasto de medicinas. No consultan porque no les da la gana. ¿Nombres?: Julio Frenk, José Narro, Salomón Chertorivsky, Arnoldo Kraus, Sergio Rodríguez Cuevas, David Kershenobich y muchísimos más. Ah, el neoliberalismo; ah, los conservadores; ah, la derecha.

Una nota de Sara Pantoja en su revista Proceso informa que “el director general de Epidemiología de la Secretaría de Salud federal, José Luis Alomía, informó que este sábado se confirmó un cuarto caso de coronavirus o Covid-19 en Torreón, Coahuila, además de una persona ‘portadora’ del virus, pero que no ha desarrollado síntomas, en el Estado de México. Se trata de una mujer de 20 años que regresó de Milán, Italia, el pasado martes 25. Alomía agregó que otra persona considerada ‘portadora’ reside en el Estado de México y es una de las cuatro que asistieron a una convención en Italia. Dijo que hasta la noche de este sábado existen en México 46 casos descartados y ocho sospechosos”.

Nada saben

Uno de los expertos que Gil ha consultado resalta el hecho de que no se ha convocado al Consejo Nacional de Salud para que todos los estados trabajen en conjunto. Por cierto, el gobernador de Coahuila aparece y declara la confirmación de un caso positivo cuando tendría que ser la autoridad federal la que se hiciera cargo del asunto. Por lo demás se echa de menos una declaratoria (gran palabra) del consejo de salubridad general para incorporar el coronavirus como parte de las enfermedades para vigilancia epidemiológica.

Gil piensa (ya empezaron las jactancias) que el subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud de la Secretaría de Salud federal, Hugo López-Gatell, lo ha hecho muy bien, de verdad: ha sido claro y no ha ocultado nada. Le han preguntado al subsecretario por el riesgo que podría correr el presidente Andrés Manuel Liópez Obrador en sus giras, donde se dejó abrazar por la gente. Y el respondió: “Hoy en la fase en la que estamos (Fase 1), no hay ninguna restricción para que nadie lo haga (abrazarse y saludarse de beso). Si pasamos a otra fase, se tomarían restricciones”. Dijo López Gatell: “en este momento todas las personas en México tenemos una probabilidad extraordinariamente baja entre los 130 millones, con 4 casos, el riesgo es infinitamente bajo”. Aclaró que si la situación pasa a la Fase 2 –de transmisión local–, “todos, no solo el Presidente, tendrían que tomar otras medidas”.

Ahora mal sin bien, los expertos se inquietan: si cientos de personas contrajeran el coronavirus, no hay capacidad instalada para reconvertir los hospitales que requieren sobre todo soporte respiratorio (ventiladores) y cuartos aislados. Gamés les recuerda, por si hiciera falta que la desaparición del fondo del seguro popular para estos fines, una altísima demanda intempestiva y gastos extraordinarios, dejaron de existir. ¿Cómo la ven? Dicho sea esto sin la menor intención de un albur catastrófico.

Más información: http://bit.ly/32I2Ak3

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