febrero 22, 2025

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Las dos principales televisoras del país acordaron desafiar al Estado justo al iniciar las precampañas electorales. Nos referimos a una acción concertada cuya motivación no es el enojo porque en este proceso las empresas mediáticas ya no tendrán las varias decenas de millones de pesos que periódicamente obtenían. Es algo mucho más complejo que un berrinche o un desplante de los que acostumbran aquellos colosos hacer de vez en vez.

Televisa y TV Azteca operan políticamente una contra reforma electoral. Con una tenaz persistencia, promueven eso en los reductos del gobierno federal, claro está que también en los del IFE y, sobre todo, en los vericuetos legislativos. Para eso, en aquellos circuitos además de otros periodísticos e intelectuales, han tejido su sistema de alianzas y lo despliegan soterradamente.

Ambos consorcios buscaron, primero, el descrédito de la ley electoral y de la autoridad que la traduce. Lo intentaron al agrupar los anuncios del IFE y los partidos en torno de una cortinilla de advertencia. Así los pusieron al aire e interrumpieron abruptamente la programación que en esos momentos registraba altos niveles de audiencia. O sea que, si parafraseamos a Ricardo Salinas Pliego en uno de sus dichos al respecto, mientras los operadores de la televisión disfrutaban de un refrigerio, la ciudadanía sería advertida de que todo eso pasa por culpa de la ley electoral y del IFE.

Minar la credibilidad del IFE fue el primer paso. Mientras, la respuesta del Instituto fue a destiempo, errática, imprecisa, sinuosa y vacilante. Todo eso. Al no tener una definición política y legal contundente, también careció de una línea de comunicación social que respondiera al desafío. No obstante las presiones que recibieron sus integrantes, entre las que existió la amenaza velada de las televisoras entorpecerían el proceso electoral, el IFE debió sancionar la trasgresión a la ley sobre lo que, eufemísticamente, llamó como conducta atípica.

Dentro de una operación que comprendió diversos apoyos de periodistas e intelectuales las televisoras dieron el segundo paso. Negociar con la autoridad electoral que en la pantalla se difundan anuncios mediante la estrategia de Productos en Programa, que la televisión privada emplea regularmente en el mundo para promover mercancías. Así, dicen los operadores de ambas televisoras, “se despresuriza” la enorme cantidad de anuncios a los que estaremos expuestos. Y para eso usan la estratagema de que 24 millones de anuncios terminarían por sofocar a la ciudadanía, como si todos aquellos anuncios fueran vistos y escuchados por todos en todas partes, en cualquier momento.

El tercer paso, y en eso estamos ahora, es el entretejido normativo para lograr cambios a la reforma electoral. Aunque incipientes, ya hay compromisos con varios líderes de los partidos principales. Creemos que ahí está el quid de todo este episodio y por eso vale la pena dar seguimiento puntual a las acciones que se encaminan a ello. Unos minutos antes del cierre de esta edición, el 24 de febrero la Comisión de Radio y Televisión de la Cámara de Diputados aprobó la minuta enviada por el Senado que resta facultades al IFE para sancionar cualquier anomalía en la que incurran los medios concesionados y permisionados. Las televisoras van por más. Al tiempo.

Cambios en etcétera

Durante ocho meses Laura Islas Reyes hizo un trabajo espléndido en la conducción de esta revista. Reconocemos el profesionalismo y la dedicación, el cariño y el compromiso que siempre ha mostrado; la queremos mucho. Ahora, a partir de marzo, Laura Islas asumirá otro compromiso, también a la altura de su calado profesional. Encabezará el proyecto de la página Web de etcétera que, en breve, tendrá sus propios contenidos y, claro está, un nuevo diseño junto con los instrumentos de comunicación que permite la tecnología hoy día. Lo decimos con emoción y certeza, sabemos que en este marco ella continuará siendo decisiva para la permanencia del proyecto etcétera y su desarrollo. Nada hay que agradecerle. De ninguna manera. Ella es nosotros, ella es esta publicación.

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