No obstante que Televisa ha sido el beneficiario de la fibra oscura y de frecuencias para que pueda expandir sus servicios telefónicos, amén de haberle permitido que comprara a dos empresas de televisión por cable, con lo que aumenta su poder en este segmento que es el de mayor crecimiento, parece que al consorcio de Emilio Azcárraga Tercero le incomoda algo de la administración federal.
Lo anterior se hizo notorio el miércoles 14 de julio mediante un artículo de Claudio X. González Guajardo, presidente de la Fundación Televisa, aparecido en Reforma. El título mismo lo dice todo: “De Presidente de México a presidente del PAN”.
Luego de señalar que hay una obsesión de Calderón por derrotar al PRI en 2012 -algo que se reforzó luego de que las alianzas triunfaron en Puebla, Oaxaca y Sinaloa- el hijo de quien es un empresario y salinista prominente dijo: “Ha terminado la etapa de Felipe Calderón como Presidente de México y ha comenzado la segunda etapa de Felipe Calderón como presidente del PAN. Lástima. De ahora en adelante con la connivencia de Felipe Calderón habrá que esperar al 2012 para ver avances en lo que a los mexicanos nos interesa”.
El autor -que dijo expresar su punto de vista y no el de la empresa donde labora, cosa poco creíble en México- señaló que son necesarias las modificaciones a diversas cuestiones, aunque nunca habla de la urgencia de transformaciones en los medios audiovisuales, materia pendiente desde hace tres decenios.
La argumentación le viene como anillo al dedo al PRI. Saben ahora ellos, los tricolores, que tienen de su lado a la televisora. Y es cierto que se lo han ganado. Varios de los gobernadores, especialmente Enrique Peña Nieto, han invertido centenas de millones de pesos cada año para aparecer en programas, informativos y hasta en shows.
Claudio califica a Felipe como “un hombre lleno de obsesiones y prejuicios” y lo cataloga como un hombre “profundamente desconfiado”, que eligió “mal a su gabinete”. Y sentencia: “es un árbol bajo cuya sombra no crece nada”.
Ya habíamos leído y visto que a Televisa no le gustó la creación del Organismo Promotor de Medios Audiovisuales. Tampoco que Canal Once pasara de un plumazo de 28 a 42% en audiencia nacional.
Esto fue criticado, entre otros, por el vocero de Televisa, Javier Tejado Dondé. Pero, ¿será realmente competencia el todavía llamado canal del Politécnico frente al duopolio que controla la mayoría de la audiencia? No debemos soslayar el nombramiento de Mony de Swaan en la Cofetel, un alfil de Felipe que puede en un momento hacer que concesiones no sean refrendadas. Pero esto podría ser jugar con fuego.
Claro, para Televisa Héctor Osuna era más que conveniente pues el ex legislador había bailado al son que le tocaban en dicha empresa. Al defenestrarlo, ya no podrán hacer muchas de las jugadas que se necesitaban para ampliar el poder del consorcio más grande de América Latina.
Que el mencionado artículo de Carlos X. González no sea una postura personal, lo testimonia el comentario de Dondé publicado en la web de etcétera. Además, en Primero Noticias invitaron unas cuantas horas después de lo publicado en el diario a Ricardo Alemán y a Eduardo Huchim. Ambos criticaron ampliamente a Calderón y su gestión. Carlos Loret incluso ha llamado pigmeos a los albiazules.
Es cierto, el más reciente movimiento en Los Pinos, la salida de Maximiliano Cortázar de esa residencia y el desembarco en la vocería del PAN, muestra abiertamente que Felipe se jugará todas sus cartas para lograr derrotar primero a Peña Nieto en el 2011 y luego tratar de conquistar Palacio Nacional en 2012.
Seguramente hay una serie de medidas que vendrán los próximos días que no le gustaron a Azcárraga y socios y abrió la guerra contra un político al que apoyaron con todo hace cuatro años. Los casos Swaan y Canal Once no son para escalar un conflicto que ahora empieza y donde habrá lesionados de los dos lados: Televisa y Los Pinos.
