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miércoles 11 diciembre 2024

El Poder Suave y el reino animal

por Roberto Alarcon Garcia


Los kiwis de Nueva Zelanda


Si del poder suave se trata, Nueva Zelanda tiene varios bienes culturales y gastronómicos con los que puede seducir al mundo. Produce, por ejemplo, uno de los mejores vinos blancos del planeta a base de la cepa sauvignon blanc. Asimismo, la fama de este país en años recientes se vio catapultada por ser el lugar en que se filmó la producción dirigida por Peter Jackson, El señor de los anillos y sus secuelas. Adicionalmente, posee una fauna única que cada vez más atrae la atención de la comunidad internacional. Entre la fama exótica que posee figuran los kiwis, unas aves pequeñas que tienen alas diminutas –apenas visibles– y cuya población, lamentablemente, va en declive.


Los números podrían jugarle una mala pasada a los lectores. Se calcula que en la actualidad, la población de estas curiosas aves, que aparecieron en el pleistoceno, oscila entre los 50 mil y los 60 mil ejemplares, cifras muy superiores a las de los pandas y los gorilas de la montaña. Sin embargo, hace 80 años, la población de kiwis en Nueva Zelanda ascendía a unos cinco millones de pájaros. ¿Qué ha sucedido con esta ave que es símbolo nacional en la tierra de los maoríes?


Existen cinco especies de kiwis en el país, entre las que el kiwi café de la isla norte es la más común, con una población de unos 35 mil ejemplares. Estas aves aparecieron en el paleoceno y han vivido en la Tierra desde hace 56 millones de años. Su aspecto es singular. Son pequeños, tienen alas muy reducidas –por lo tanto, no pueden volar– y un pico largo y angosto similar al de los colibríes que les sirva para extraer del suelo su alimento, por ejemplo, gusanos. Las hembras ponen uno o dos huevos como máximo, pero estos son sumamente grandes comparados con el tamaño de la mamá. De hecho, la hembra debe comer tres veces más a lo largo de 30 días, para producir el huevote, y al final, el polluelo tiene el peso de hasta la cuarta parte del de sus padres. Poniéndolo en perspectiva, esto equivaldría a que una mujer diera a luz un bebé de 15 kilogramos.


Para los maoríes, la comunidad indígena más importante de Nueva Zelanda –o Aotearoa como la llaman ellos–, el kiwi es un animal sagrado, protegido de Tāne Mahuta, Dios de los bosques y las aves. Las plumas de los kiwis eran usadasen ceremonias, pero las autoridades ahora han prohibido la caza de estas aves, y sólo se usan las de animales muertos o de aquellos que fueron atropellados.4 Hace 100 millones de años, Nueva Zelanda estaba cubierto, casi en su totalidad, por bosques, pero hoy sólo posee el 25% de los que alguna vez tuvo. Ello ha tenido un impacto devastador en diversas especies vegetales y animales, entre ellas, los kiwis. De hecho, la razón por la que los kiwis figuran en la lista de especies amenazadas, es por la dramática reducción de su población en los pasados 80 años. ¿Qué ha pasado? En la medida en que los asentamientos humanos introdujeron otras especies, los kiwis han sufrido depredación de parte de perros, gatos, cerdos, zarigüeyas, armiños y hurones, entre otros, quienes consumen sus huevos. Asimismo, al reducirse las hectáreas de bosque para desarrollar actividades agrícolas y ganaderas, los kiwis han sido víctimas de la fragmentación de su ecosistema.


Los kiwis generalmente duermen durante el día y de noche buscan alimento. Al no poder volar, hacen sus nidos en la tierra, a la manera de madrigueras. Si bien la hembra es la que pone el huevo, es el macho quien lo empolla. Cuando el polluelo nace, sus padres no le procuran alimento, sino que aquel debe buscarlo por sí mismo y muy pronto, abandona el hogar. La hembra y el macho, una vez que viven juntos, ya no se separan a menos que la hembra busque a otro macho.


En Nueva Zelanda continúa el debate en torno a la adopción de una nueva bandera que sustituya a la actual, que es muy similar a la bandera australiana y que además presenta la Union Jack en el ángulo superior derecho. Este es un símbolo de la pertenencia a la Commonwealth, pero con la que los habitantes del austral país no se identifican. No se contempla incluir al kiwi en su diseño. Sin embargo, esta ave ya desde finales del siglo XIX era empleada en billetes bancarios, estampillas postales, y diversos promocionales del país. En la primera guerra mundial, “kiwi” se convirtió en el gentilicio informal con el que la comunidad internacional identificaba a los neozelandeses. En la actualidad, el kiwi figura en las monedas de un dólar neozelandés. Dada su rareza y tipicidad, cada vez más personas de todo el mundo viajan a Nueva Zelanda para disfrutar del espectáculo de los kiwis.


Reflexiones finales


En estos tres países se observa el empleo de argumentos ambientales como sustento del poder suave. China busca modificar la imagen de la “amenaza china” que impera en torno a esta nación en el mundo. Ruanda, a 25 años del genocidio en el que murieron uno de cada ocho de sus habitantes, requiere ponerse de pie en momentos en que el mundo vive una crisis económica y difícilmente puede comprometer recursos para contribuir al desarrollo de esa nación. De ahí la opción del turismo ambiental, ofertando estancias en las montañas de los Virunga para que turistas de todo el mundo convivan con los gorilas. Nueva Zelanda, por su parte, lucha por tornarse relevante en la escena mundial. Hoy ocupa un asiento como miembro permanente en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, pero eso no le provee de una gran visibilidad en este entorno tan globalizado donde la mayoría, si no es que todas las naciones del mundo, buscan trascender, compitiendo por ganar la atención de turistas e inversionistas. La peculiaridad del kiwi, sin duda reviste un gran atractivo, al amparo de la agenda ambiental que en todas partes goza de gran popularidad. ¿Obtendrán China, Ruanda y Nueva Zelanda lo que desean del mundo? Es posible. Pero es deseable que así como han empleado al reino animal como un instrumento al servicio de sus intereses políticos, trabajen igualmente en la conservación y al protección de esas y otras especies amenazadas y también en las no amenazadas.


Notas:


1. María Cristina Rosas (25/02/2014), La diplomaciadel panda, disponible en http://www.alainet.org/es/active/71617


2. Teresa Guerrero (02/09/2015), “Los últimos gorilas en la niebla”, en El Mundo, disponible en http://www.elmundo.es/ciencia/2014/10/24/5444f44222601d2d738b458e.html


3. Silvina Dell’Isola (14 de abril de 2013), “Una llamada desde África”, en La Nación, disponible en http://www.lanacion.com.ar/1572559-una-llamada-desde-africa


4. VeoVerde (18 de julio de 2014), El kiwi, símbolo nacional de Nueva Zelanda, disponible en https://www.veoverde.com/2014/07/el-kiwisimbolo-nacional-de-nueva-zelanda-animales-fantasticos/

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