febrero 22, 2025

Los medios públicos ante el apagón digital

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Como muchos de ustedes ya habrán leído o escuchado, tiene lugar en nuestro país un proceso de transición tecnológica de gran importancia que modificará de manera permanente la forma en que los mexicanos vemos televisión abierta. A este proceso se le conoce como el “apagón analógico”. Básicamente consiste en que, a partir de una fecha determinada definida por la Comisión Federal de Telecomunicaciones (Cofetel), las estaciones de televisión dejarán de transmitir su señal en el estándar analógico, según la región del país donde se localicen.

Este estándar es el que se ha venido utilizando desde hace décadas para las transmisiones de televisión, sin embargo, el nuevo estado de la tecnología permite que ahora se puedan transmitir señales de televisión de manera más eficiente y con mayor calidad. A este nuevo estándar es al que se le conoce como estándar digital, o de manera más precisa, el estándar de la televisión digital terrestre (TDT). Además de esta mejoría, existe otra ganancia de gran centralidad, y tiene que ver con el hecho de que al dejar de transmitir señales analógicas, las estaciones de televisión dejarán de utilizar frecuencias que ahora pueden utilizarse para proveer accesos de banda ancha inalámbrica. Frecuencias que por cierto deberán asignarse a la brevedad, para que las exploten de manera eficiente diversos operadores, justamente para elevar las posibilidades de conectividad de nuestro país.

Si bien la transición a la TDT inició en nuestro país en 2004, en realidad esta se aceleró a partir de la publicación de un decreto del expresidente Felipe Calderón el 2 de septiembre de 2010. Se trata de un decreto por el que se establecen las acciones que deberán llevarse a cabo por la Administración Pública Federal para concretar la transición a la TDT, y que tuvo como objeto central adelantar las fechas en las que las estaciones de televisión de nuestro país dejarán de emitir señales radiodifundidas bajo el estándar analógico, para sólo continuar la transmisión de señales bajo el estándar digital.

En complemento, el pasado 4 de mayo, la Cofetel promulgó el “Acuerdo por el que se reforman, adicionan y derogan diversas disposiciones del Acuerdo por el que se adopta el estándar tecnológico de televisión digital terrestre y se establece la política para la transición a la televisión digital terrestre en México, publicado el 2 de julio de 2004”. Mediante este acuerdo, se estableció un calendario escalonado para que cada una de las estaciones de televisión que operan en nuestro país apaguen su señal analógica.

Al día de hoy existen 282 estaciones de televisión consideradas como medios públicos, tanto de índole federal como local. Entre estos, existen también otro tipo de diferencias, en algunos casos se trata de estaciones de televisión asignadas a universidades o instituciones de educación superior, en otros se trata de estaciones con fines culturales, o bien, las hay que forman parte de un gobierno local.

Tan solo en 2013 hay 4 estaciones de televisión consideradas como medios públicos que deberán apagar su señal. Una en Tijuana, BC; las otras tres, en Monterrey, NL. Para 2014, 24 estaciones deberán apagar sus señales analógicas: 11 del ámbito federal y 13 de gobiernos estatales o locales, a universidades y al propio Congreso de la Unión.

Cabe destacar que para este tipo de estaciones, el marco legal de nuestro país establece una prohibición expresa para que comercialicen publicidad, por tanto, dependen de manera exclusiva de recursos públicos, tanto para su operación como para el despliegue de infraestructura. Este último aspecto es fundamental de cara al proceso de transición a la televisión digital terrestre, proceso para el que todas las estaciones de televisión, independientemente de si son comerciales o públicas, tienen que invertir en la infraestructura de transmisión, así como en la habilitación de estudios de televisión de alta definición y otros gastos relacionados.

El éxito de esta política pública depende de manera fundamental de dos vertientes: a) que las estaciones de televisión, comerciales o públicas, hayan instalado los equipos de transmisión digital necesarios para dar continuidad a las obligaciones previstas en sus títulos de concesión o permisos, según sea el caso; y b) que los hogares cuenten con el equipo adecuado para captar y ver las señales de televisión bajo el estándar digital.

Desafortunadamente, el decreto del expresidente Calderón, es omiso respecto a los medios públicos, tanto en la parte considerativa como en su articulado. En cambio, el mismo decreto reconoce tanto en sus considerandos como en su articulado, la necesidad de destinar recursos públicos para ayudar a la población a contar con los equipos receptores necesarios para poder seguir captando señales de televisión al momento en que las estaciones de televisión apaguen sus señales analógicas, o lo que es lo mismo, dejen de transmitir bajo dicho estándar.

De acuerdo con algunos cálculos preliminares, se estima que para apoyar a los cerca de 19.4 millones de hogares de nuestro país que no cuentan con televisiones capaces de recibir y reproducir señales de TDT, se requieren 34 mil millones de pesos, a efecto de dotar a cada uno de ellos con un aparato decodificador que les permita bajar la señal digital y convertirla al formato analógico y pueda verse en esos hogares.

De acuerdo con información que se desprende de una licitación llevada a cabo por la Cofetel a finales de noviembre de este año para poder dotar a los hogares que lo requieran con decodificadores se prevé que tan solo para equipar a los 205 mil hogares de Tijuana que se estima están en esa situación, se requieren 360 millones de pesos. La ciudad de Tijuana es la primera en la que se apagarán las señales analógicas en nuestro país en marzo de 2013.

En este contexto, las estaciones de televisión pública, afiliadas a la Red de Radiodifusoras y Televisoras Educativas y Culturales de México, A.C., La Red, han manifestado en diversas ocasiones su preocupación por el complejo entorno en el que se desenvuelven, particularmente por lo que hace a la disponibilidad de recursos suficientes para invertir en el equipamiento necesario para la transición a la TDT.

La ausencia de una política de apoyo bien delineada por el expresidente Calderón para el caso de los medios públicos de cara al apagón analógico -ausencia importante por ser quien impulsó el adelanto- genera un horizonte complicado, particularmente por las dificultades que estos enfrentan para contar con recursos suficientes y oportunos para llevar a cabo las inversiones necesarias.

Por ello es necesario que la Cámara de Diputados considere el establecimiento de un fondo con el objeto de que los permisionarios oficiales y concesionarios de medios públicos tengan la posibilidad de operar las medidas previstas por el Decreto de 2010 y el acuerdo de Cofetel de mayo de 2012. Ello daría la certidumbre presupuestal necesaria a los medios públicos, para invertir de manera oportuna en la adecuación de sus estudios de televisión y, por supuesto, en su infraestructura de transmisión.

Lo anterior es de vital importancia para este tipo de medios, pues de llegar la fecha fatal en la que estarían obligados a dejar de transmitir bajo el estándar analógico, y no hubieren empezado a transmitir su señal bajo el estándar digital, simple y sencillamente, esas estaciones dejarían de estar disponibles para ser vistas en los hogares de las regiones en las que tienen cobertura. Una circunstancia que sería en extremo grave, pues en los hechos se estaría afectando la pluralidad de voces o contenidos que se pueden sintonizar en televisión abierta en el ámbito local.

En este sentido, el pasado 15 de noviembre, propuse en el Senado de la República, un punto de acuerdo para exhortar a la Cámara de Diputados para que en la discusión del Presupuesto de Egresos de la Federación para 2013, se establezca el fondo que permita financiar la transición a la TDT de los medios públicos oficiales, educativos o culturales, distintos a los coordinados por el Ejecutivo Federal. Para ello, es fundamental que se prevea el establecimiento de reglas especificas para evitar que dicho fondo se distribuya o asigne en forma discrecional. Ojalá se den los consensos para apoyar a los medios públicos en este desafío tecnológico.

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