Steph Cossart: herida profunda como un pozo

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Había una vez una comunidad, en una ciudad, en un país de un mundo que se despertó incompleto, una madre y su hija no estaban más. Uno pensará que son seres pequeños en esa inmensidad, dos granos de arroz en un montón, o de gotas en un mar, pero basta que la mirada se acerque y vaya de vuelta de un planeta a un continente, a un país, a una ciudad, a una comunidad que las buscó afanosa por 16 días tras un secuestro canalla hasta encontrar sus restos en una playa. Y así lo pequeño se hace enorme, una herida profunda como un pozo.


No quisiera que esta historia que aquí cuento se perdiera entre partes policiales, notas amarillistas y detalles que no sé, ni me interesan, solo ratifico que tuve el gusto de conocer a Steph Cossart desde que era alumna hasta que se integró a la comunidad de personas que trabajamos en el Tecnológico de Monterrey Campus Toluca. No éramos cercanas, aunque su alegría y energía me inspiraban aquella admiración de saber que era una más de esas chiquillas saludables que habían crecido aquí, sobreviviendo nuestras clases, jugando en nuestras canchas, riendo por nuestros pasillos y dando vida a este edificio que si tiene alma es por ellos que nos regalan su asombro, su indisciplina, su canto o sus gritos, creciendo entre semestres, haciéndonos sentir floricultores de las mejores y más bellas flores.


Lo cierto es que hoy el Tec de Monterrey, Toluca, México y el mundo se levantaron mutilados, uno lo puede sentir del tamaño de una costra o de un muñón, eso depende de la cercanía o de la conciencia; lo segundo es apropiado porque esto es frecuente en nuestro país, casi diario un pedazo más se pierde. Es una verdad de pero grullo decir que a diario muere y nace gente, pero este tipo de muertes, con secuestro, con violencia nos incumben a todos, nos hieren, callar es el peor de los crímenes y nos estamos habituando al silencio.


No dejo de pensar en una idea que surge de las páginas de un libro: los neurólogos afirman que quizá las ciudades tengan inteligencia, un modo de conciencia pero esto solo es posible si sus neuronas son plenas en su individualidad y (a esto le llama diferenciación) conectadas para permitir que todas las partes del sistema, aún las más distantes, se mantengan en una comunicación estrecha (a esto lo llama integración). La inteligencia es el grado excelente de la salud.


Hoy miro los espacios calladas de esta Universidad, las calles mudas de esta ciudad, pienso en las marchas que atrofian nuestra carretera, en el transito incesante de cada arteria que conecta calle, con avenida y me pregunto ¿seremos una sociedad inteligente? Hoy creo que no.

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