Ante la cercanía de las elecciones internas en Morena y en medio de diversos sucesos que indican la formación de un nuevo partido de Estado, el presidente Andrés Manuel López Obrador advirtió a todos los funcionarios del Gobierno de México que se le pedirá su renuncia a quien se le sorprenda efectuando actos partidistas. Según el presidente, ya se acabó el partido de Estado.
En un memorándum enviado este martes, el presidente señala que uno de los objetivos de la “Cuarta Transformación” es instaurar una “verdadera democracia”.
“Les pido abstenerse por completo de actuar, en su carácter de funcionarios públicos, en asuntos partidistas. También está prohibido utilizar bienes, imágenes, programas sociales o cualquier otro recurso público”.
“Tengo el deber de comunicarles que se pedirá la renuncia al cargo a quienes lleven a cabo cualquier práctica antidemocrática. Asimismo, les recuerdo que el fraude electoral, por iniciativa nuestra, ya está tipificado en la Constitución como delito grave”.
Según el referido documento, no se deben mantener las “deleznables prácticas políticas” consistentes en la injerencia del gobierno para favorecer a candidatos y partidos. “Nada de partido de Estado”.
Dicha postura la externó verbalmente desde el 7 de octubre, durante su conferencia matutina. Ese día dijo que será “despedido” y encarcelado cualquier funcionario que intervenga en el proceso de elección interna de Morena, a realizarse en noviembre.
“El funcionario público que haga proselitismo a favor de candidatos, el que presione a ciudadanos para votar por un candidato, el que utilice el presupuesto público para favorecer a candidatos, el que reparta migajas, dádivas, despensas, frijol con gorgojo para apoyar candidatos, tiene que ser sancionado. Sería despedido del Gobierno de inmediato” dijo entonces.
Estos pronunciamientos no obstante , no hacen mención de las veces en que legisladores de su partido han mostrado su adhesión irrestricta a la persona del presidente, renegando de la independencia que debe tener el Poder Legislativo.
Así ocurrió con el diputado Mario Delgado, quien la semana pasada aseguró que la bancada de Morena en la Cámara de Diputados era la “fracción del presidente” y se mantenía “leal” a él, ya que es el único político que tiene un rumbo claro. Mario Delgado está interesado en ser parte de la nueva dirigencia de Morena.
Ante dichas declaraciones, que implican un claro culto a la personalidad, el presidente guardó completo silencio.
La semana pasada se divulgó un audio en que se escucha a una alcaldesa en Oaxaca pedir a habitantes de su localidad apoyo político para Morena a cambio de pedirle al presidente ayuda económica y meses atrás, el INE ordenó a los “Servidores de la Nación”, dependientes de la Secretaría del Bienestar, dejar de usar el nombre del presidente en sus uniformes y mochilas.
Tras la orden del INE, el presidente expresó su profunda molestia y se expresó irónicamente acerca del Instituto, poniendo en duda la validez y seriedad de la medida.
También fue relevante su intervención en el diferendo que se generó meses atrás por la presidencia del Senado de la República y de la Cámara de Diputados. Por medio de la Secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, puso orden en el pleito interno entre morenistas, demostrando con ello que no es ajeno a la vida interna del partido que fundó. Además, ante las disputas internas respecto al mejor método de elección de la nueva dirigencia, él intervino señalando que el mejor método es la encuesta, lo cual inclinó la balanza a favor de este instrumento.
Ahora, de cara a la opinión pública, emite un comunicado en el que aparece como defensor de la separación entre la administración pública y el partido en el poder.