De acuerdo con la más reciente encuesta que el periódico Reforma realizó para evaluar la gestión de Andrés Manuel López Obrador, el nivel de aprobación del mandatario se ubicó en 59%, once puntos porcentuales menos respecto a la medición anterior efectuada en diciembre, cuando se situó en 68%.
En el último año, la caída en la aprobación presidencial acumula 19 puntos porcentuales. En la encuesta levantada en marzo de 2019, se situaba en 78%, para julio de ese mismo año descendió a 70% para diciembre se ubicó en 68% hasta llegar al puntaje en que hoy se encuentra.
Respecto a la confianza en las decisiones que está tomando el presidente, 55% de los entrevistados dice confiar mucho en ellas y 42% respondió que confía poco o nada.
Por temas, las peores calificaciones para el gobierno de López Obrador están en seguridad y salud. En el primero, 50% opina que está manejando mal la seguridad y 56% desaprueba sus acciones contra el crimen organizado. Asimismo, 46% no aprueba sus decisiones en materia de salud. En contraste, 39% está a favor de sus políticas de combate a la pobreza y 37% avala sus acciones contra la corrupción.
En la evaluación, 57% piensa que la violencia en el país ha empeorado en el último año; respecto a la economía 33% opina que ha mejorado, un porcentaje similar cree que está igual y 31% respondió que ha empeorado.
La de Reforma no es la única encuesta en donde la aprobación de López Obrador ha descendido. La consultora Buendía y Laredo, dio a conocer su más reciente encuesta en la que 62% aprueba la gestión presidencial, cinco puntos menos respecto a la medición anterior efectuada en noviembre de 2019. En los estudios efectuados por esta firma, el descenso en un año es de 23%, toda vez que en febrero de 2019, la aprobación del mandatario se ubicaba en 85%.
Cuestionado al respecto en su conferencia de prensa, el presidente Andrés Manuel Obrador desestimó la situación y aseguró que va bien y que la mayoría del pueblo lo respalda. No obstante, admitió que en el ejercicio de su gobierno hay desgaste, el cual lo atribuyó a que está enfrentando a los “conservadores”, quienes según él, están “desquiciados” porque no les gusta que se haya acabado la corrupción.
“Acerca de mi popularidad, estamos bien, tenemos mayoría, la gente nos está apoyando y también sufrimos desgastes porque imagínense enfrentar a los conservadores corruptos que no quieren dejar de robar, están molestísimos, no los calienta ni el sol, y desquiciados. No les gusta que se haya terminado con la condonación de impuestos, no les gusta que se considere delito grave la facturación falsa, que se haya aprobado la extinción de dominio porque robaban y podían ir a la cárcel pero salían y les devolvían sus bienes. No les gusta el Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado, no les gusta que la corrupción sea delito grave”, alegó.
Insistió en que el día que él sienta que ya no cuenta con el respaldo popular se irá a su finca en Palenque porque él, dijo, no será como otros de sus antecesores que a pesar de tener una popularidad de 10% se aferraron a quedarse. Según dijo, su objetivo no fue el cargo, sino llevar a cabo la “transformación” del país.
“Tengo respaldo, si no, ya lo dije, además, hay dos cosas, una que es voluntaria, el día que el pueblo no me quiera ese día voy a llorar y me voy a Palenque, Chiapas, así de claro, no voy a estar como hay algunos Presidentes que tienen el 10, 15 por ciento de aprobación, el 20 en sus países y ahí están ¿Cómo va uno a gobernar así si no tiene uno respaldo de los ciudadanos, nada más es por el cargo y yo no estoy aquí por eso, yo no luché por el cargo, lucho para transformar al País, por eso no vamos a dejar de llevar a cabo los cambios”, recalcó.
arg
