Tenemos una oposición partidista dividida. Las redes sociales son un campo de batalla entre quienes defienden y quienes atacan a la 4T, pero estos últimos no comparten ni objetivos ni métodos. La clase empresarial se debate entre enfrentar o capitular ante el gobierno. Sólo el lopezobradorismo se mantiene unificado en turno al liderazgo del presidente, a pesar de que para algunos cada día esto cueste más trabajo.
Unos sí y otros no
El escenario actual en política nos muestra una polarización pocas veces vista. Dos bandos luchan, no tanto por el poder –uno de ellos ya lo tiene–, sino por imponer su narrativa y convencer a quienes van a votar de que tienen la razón y han tomado las decisiones acertadas.
El bando contrario al lopezobradorismo es un verdadero mosaico en el que militan lo mismo quienes odian al presidente y no van a aceptar nunca algún acierto suyo, como aquellos que cuentan con suficientes argumentos para criticarlo y buscar construir un contrapeso desde diferentes espacios, pasando por los opositores de ocasión.
En este campo, hay muchos que creen tener la verdad y cada quien jala para su lado, lo cual explica que tengan éxitos efímeros cuando coinciden en alguna coyuntura –como el desabasto de medicinas o las protestas contra la violencia de género–, pero en la mayor parte de las ocasiones hasta se meten el pie entre ellos.
En cambio, el lopezobradorismo ha sido exitosamente cohesionado alrededor de la figura del líder, del presidente, con una trata sencilla: defenderlo.
Si revisamos los mensajes que se intercambian en redes sociales, vemos que –como las balas en una guerra de trincheras– se dispara a ciegas sin tener un objetivo preciso, en tanto el enemigo se esconde y deja pasar el proyectil.
Así, cada mensaje no es leído por los adversarios –menos por el público al cual buscan convencer–, y todo queda en una prédica entre creyentes.
En tanto, la 4T ha salido a las calles, buscó abrir espacios para sus voceros en medios, organizó sus recursos en la red y potenció a sus liderazgos en redes sociales.
¿Que ha hecho, mientras tanto, la posición partidista o la sociedad civil?
Poca cosa a excepción de esfuerzos aislados.
Un simple ejemplo nos da una idea del tamaño del extravío que tienen. La propuesta que la primera semana de abril presentaron algunas personalidades, entre las que se encuentra Cuauhtémoc Cárdenas, tuvo poco eco entre los opositores al lopezobradorismo, pero en cambio muchos de ellos difundieron una lista con las direcciones IP de Internet obtenidas, según el autor, de los tuits que emiten los seguidores del presidente, algo que no es posible como explico desde su cuenta de Twitter nuestro colaborador en este portal Leo García.
Incluso en esta crisis de salud, en la cual gobernadores han empezado a mostrar un activismo que ayuda a contrastar lo hecho por el gobierno federal, los activistas anti 4T prefieren –con contadas excepciones–, difundir memes que ayudar a mostrar la diferencia entre un gobierno con estrategia para afrontar al Covid-19 y uno federal que se debate en contradicciones.
Pero no es algo que nos deba extrañar, pues muchos de ellos se siguen lamentando por el triunfo que tuvo López Obrador en 2018, pero olvidando que prefirieron dedicar más tiempo a atacar al candidato de los alianza PAN-PRD o al del PRI, a uno por juntarse con los proabortistas y al otro por ser del partido de Peña, sin pensar que con eso abrieron la puerta de Palacio Nacional a quien hoy lleva las riendas del país, con todo lo que eso implica.
¿Qué es lo que nos espera en 2021 con esta oposición?
Si bien, por el desgaste y los errores propios de López Obrador –en especial su tendencia a concentrar el poder y tomar decisiones con pocas bases–, la votación de Morena bajará, una oposición partidista sin propuesta, dirección y liderazgos no podrá capitalizar está oportunidad.
Los partidos nuevos –es un decir– que participarán por primera vez, en realidad no ofrecen novedades, pues detrás de ellos están los mismos políticos nada más que en distintas presentaciones, aunque con los mismos discursos y propuestas.
¿O acaso ofrecerá algo diferente a lo que hemos escuchado el PES que vuelve para retomar su registro o los demás que ya pasaron por otros partidos antes?
Y de candidaturas, volverán quienes antes ya pasaron por el puesto, reafirmando los cacicazgos locales, o quienes compitan por otro partido al ver las puertas cerradas en el que militan, con pocas caras nuevas.
Y en redes sociales, otra vez leeremos aquello de que es un peligro para México, tiene ideas del pasado y el repertorio que ya conocemos.
Si los defensores de la 4T ya cansan con eso de los 30 millones, con gritar chayotero a quien se atreve a criticar al presidente y la cerrazón para ofrecer argumentos, la oposición también cansa al repetir los mismos ataques que vienen del 2006, a soltar apodos y a retuitearse entre ellos sin alguna propuesta que haga la diferencia.