jueves 21 noviembre 2024

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por etcétera

Recomendaciones para la lectura: se requiere tener tiempo, papas Sabritas, tequila, mezcal, mimosas, chelas y unos cacahuates Mafer (López-Gatell, obvio ¡tú NO!).

PRIMER ACTO:

La excomisionada del IFAI (hoy INAI), María Elena Pérez-Jaén, reveló que en mayo de 2014 conoció a Alfonso Romo, quien trató de convencerla de la “honestidad valiente” de Andrés Manuel López Obrador. Romo le quiso vender chiles a Clemente Jacques, pero no le salió el numerito.

La charla fue en un departamento en una zona fifí de la Miguel Hidalgo. Él insistió en la transparencia de AMLO como jefe de Gobierno del DF (2000-2005) y quiso convencer a la excomisionada de eso. Ella, siendo consejera de transparencia del DF en 2003, había destapado la telaraña de opacidad de los Segundos Pisos a través del Fideicomiso para el Mejoramiento de las Vías de Comunicación, el cual operó Claudia Sheinbaum, secretaria de Medio Ambiente capitalino, porque César Buenrostro, titular de Obras, se negó a hacerlo. AMLO ordenó a sus diputados locales en la Asamblea Legislativa que destituyeran a María Elena como consejera, lo cual hicieron, pero la Suprema Corte de Justicia de la Nación ordenó su reinstalación. ¡Así como lo están leyendo!

Luego supimos que de ese fideicomiso se hicieron pagos injustificados por 323.3 mdp a las empresas que se encargaron de la obra, entre otras, por no decir cientos de irregularidades detectadas en las auditorías. No eran ni son NADA diferentes a los que critican al PRIAN.

Regresemos a la reunión. María Elena le dijo a Romo que AMLO no tenía amigos, sino lacayos (literal, ¡eh!) que se convierten en cómplices y que el tabasqueño sólo quería a un empresario exitoso como interlocutor con la Iniciativa Privada. Seis años después, luego de que Romo dejara la Oficina de la Presidencia de la República, la excomisionada lanzó un: “Te lo dije, Poncho, te lo dije”.

SEGUNDO ACTO:

Tras la revelación de Pérez-Jaén, salieron casos similares. Roberta Garza, escritora y baluarte de Nuevo León, contó una anécdota de 2011, como una calca a la de María Elena. Romo también le relató los desayunos y la vida doméstica y austera de AMLO y Beatriz, y le dijo que nunca había encontrado señales de corrupción en la gestión del entonces jefe de Gobierno del DF, ahora Presidente de México. Peeeero, tampoco la convenció.

PÓNGASE CÓMODO Y SAQUE MÁS BOTANA…

Pues no fueron las únicas. Al parecer Poncho Romo llevaba años con la misma cantaleta de “los austeros desayunos bucólicos”. Lo mismo se lo decía a empresarios y analistas que a políticos.

AHORA ÉCHESE UN FUERTE…

Ante lo revelado por María Elena, el expanista Manuel Clouthier escribió en Twitter: “María Elena Pérez-Jaén, yo fui de los que cayó en los engaños de una cena en ese departamento, y así caí en otros engaños, como cuando en una cena en el Hípico de Poncho nos dijo AMLO: Yo no voy a polarizar al país”. ¡Ah, jijos! Pues esta fue la primera vez que reconoció (a María Elena en Twitter) haber sido engañado por AMLO al asegurarle que NO iba a polarizar al país.

Y déjenme les cuento que Manuel no será de la 4T, pero sí apoya a su hermana Tatiana Clouthier como secretaria de Economía, exempleada de Poncho Romo, y, aunque no están para saberlo, cobraba con Poncho y trabajaba con AMLO. Con decirles que Pérez-Jaén opinó que Tatiana debería estar en un área de manualidades, pues “no se requiere de mucha inteligencia para realizarlas, ya que son movimientos repetitivos, sin mayor esfuerzo”.

Acto seguido, el hermano saltó de la silla y le dijo a María Elena que el comentario NO le parecía gracioso, pues Tatiana es honesta y capaz. La excomisionada le reviró de inmediato: “Lo único que ha mostrado es una ignorancia en los temas legislativos, e, incluso, en sus votaciones erráticas que no correspondieron a sus compromisos”.

TERCER ACTO:

¡López Obrador no se pudo quedar callado! Luego de la revelación de María Elena, el Presidente arremetió contra el INAI. Dijo que el Instituto Nacional de Transparencia es un florero (como Olga Sánchez Cordero, ¡ay perdón, me ofusqué!), que antes se hizo de la vista gorda y simuló que se combatía la corrupción, como cuando resolvió mantener el secreto del caso Odebrecht.

“Miente con todos sus dientes y con sus uñas. La transparencia para él es algo que odia porque lo obligan a entregar lo que quiere ocultar, o de lo que afirma en sus mañaneras y no puede comprobar, el INAI le ordena buscar”, reviró Pérez-Jaén. Y no es por intrigar, pero ella tiene razón, pues la Fiscalía General de la República es quien se ha negado a entregar la información de las investigaciones de Odebrecht, ordenadas en las resoluciones del INAI.

Ah, pero la cosa no acaba ahí, el pasado martes AMLO insistió en que el INAI, e instituciones como Cofece, IFT y Consar deberían revisarse porque no tienen función social.

POR NO DEJAR…

Casualmente todos los organismos a los que AMLO llama floreros son reguladores constitucionalmente autónomos, y no puede controlarlos. Luego entonces, no se puede dudar que, en una de esas, algún legislador de Morena quiera quedar bien con el jefe y proponga reformar, diluir o eliminar alguna de estas instituciones.

Luego entonces, ¿cómo se llamó la obra?

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