PORQUE LA CULTURA TAMBIÉN IMPORTA…
Alejandra Frausto debería renunciar. El sector cultural mexicano sufre de una enfermedad sistémica que afecta a todos sus organismos. Los problemas en la promoción, difusión y apoyo a la creación cultural fueron agravados por los efectos de la pandemia por Covid, mientras la responsable, como diría su jefe, parece florero.
La titular de Cultura –quien, como lo prometió AMLO, debería estar despachando desde Tlaxcala, en las instalaciones que el gobierno de Marco Mena le cedió hace dos años– tiene fuerza de contagio: no defendió los fideicomisos de cine, justificó recortes presupuestales (75% en el INAH, 80% en la Fonoteca Nacional…), se confrontó con los artistas y según el Consejo Nacional de Danza, Frausto incumplió su compromiso de ser el puente para que mil 254 profesionales se integraran a los programas sociales ante los estragos del coronavirus.
Por si esto fuera poco, se acaba de publicar el Análisis de Reputación Mediática de Actores (ARMA), a cargo de la Central de Inteligencia Política. Agárrense, les recomiendo que tomen asiento para que no se vayan a caer… resulta que Frausto fue la segunda secretaria del gabinete de AMLO peor evaluada. El primer sitio fue para Irma Eréndira Sandoval, ¡ay nomás!
El análisis da a conocer la cobertura mediática que recibieron los 19 secretarios de Estado en diciembre y Frausto está por la calle de La Amargura, esquina con Desencanto, pues 63% de sus menciones fue negativo y 37% neutro, es decir: NADIE, ¡literal, eh!, habló bien de ella.
En entrevista, Juan Ricardo Pérez Escamilla, fundador de la Central de Inteligencia Política, me dijo que a Frausto “le salió carísima” la filtración del grupo de WhatsApp de funcionarios de la Secretaría de Cultura contra colectivos de artistas y, aunque haya destituido a dos funcionarios responsables del chat oficial, por cierto, sus tocayos, Alejandro Ortiz y Alejandra Chávez, los artistas independientes afectados piden su renuncia.
Si la relación de la secretaria con la comunidad cultural no era de las mejores, después del llamado chatgate “Desactivación de colectivos”, obtuvo el repudio y la desconfianza de todo el sector de creadores. Ante la monumental metida de pata, Frausto tuvo que ofrecer disculpas, peeero no se las aceptaron.
El escritor Juan Villoro calificó el chat como “una vergüenza” y el escritor Luigi Amara escribió en Twitter:
“-¿A qué te dedicas?
-Trabajo en el Instituto Nacional para la Desactivación de Colectivos (ente del gobierno), el INDECENTE.
-¿Y allí qué hacen o qué?
-Simular, Desgastar, Reventar”.
Así pues, y por su propio mérito, Frausto fue la segunda peor evaluada en las noticias publicadas en los principales medios de comunicación.
Si algo caracteriza a México es ser una potencia cultural mundial. El cine, las letras, la plástica mexicana contemporánea de nuestro país, sumadas a la fuerza de nuestro patrimonio histórico y de la cultura prehispánica y colonial, son fuente de admiración internacional. Tan sólo en materia de turismo cultural, antes de la crisis de la pandemia se tenía una importante derrama de recursos y empleos directos e indirectos. Nada de esto ha contado con apoyos institucionales de Frausto.
¿Qué digo apoyos institucionales? Si lo que vemos es una administración y gestión del nivel de casa de cultura de barrio. Con la desaparición del Fonca y de los fideicomisos para impulsar el cine mexicano, por ejemplo, se deteriora la plataforma cultural del país y es responsabilidad de Frausto rendir cuentas de esos recursos o, como diría el clásico, si no puede, ¡renuncie!
Ahora, les recomiendo que agarren una concha o un pan dulce, para chopear en café de olla, por aquello de que las penas con pan son menos. El presupuesto de Cultura en 2018 fue de 12 mil 916 mdp y en 2019, ya con AMLO en el gobierno, bajó a 12 mil 894 mpd.
En 2020 subió de nuevo el presupuesto de la secretaría a 13 mil 517 mdp y en 2021 tiene un presupuesto histórico de 13 mil 985 mdp. Pero no se entusiasmen, ni se vayan con la finta, pues una cuarta parte de los recursos de este año (3 mil 508 mdp) será destinado al controvertido Complejo Cultural Bosque de Chapultepec.
Para valorar en su justa dimensión la reputación de Frausto, sumemos a los tropiezos políticos, presupuestales, de gestión y rendición de cuentas de la secretaria de Cultura, sus errores en Twitter. Imagínense que en Navidad, en la cuenta oficial de la dependencia se difundió un mensaje por el Día de Muertos ¡así como lo están leyendo!
El 25 de diciembre, sí, en Navidad, que significa “nacimiento”, nos encontramos con un tuit súper oportuno –soy sarcástica–: “El Día de Muertos es una de las festividades más importantes en México y cuya expresión refleja la multiculturalidad de nuestro país…”.
Obvio los usuarios hicieron notar que la Secretaría de Cultura vive en el pasado al recordar los altares, en los que debió fijarse el 2 de noviembre. Otros, con justa razón, interpretaron el tuit como una burla por las 121 mil 172 muertes por Covid-19 acumuladas ese día.
Por cierto, a los community managers les pagan con nuestro dinero. Luego entonces, Frausto debería decir quién es el responsable de estos mensajes en redes sociales y si alguien ha perdido su trabajo por las pifias.
Cómo olvidar que en enero de 2020, la dependencia escribió en Twitter que el gran José Alfredo Jiménez nació en Jalisco. Pequeño detalle: el famoso cantante y compositor nació en Dolores Hidalgo, Guanajuato, por cierto, cuna de la Independencia, una de las efemérides favoritas de la 4T.
Parece que en la Secretaría de Cultura, lo suyo, lo suyo, no es la historia; tampoco se les da eso de hacer búsquedas rápidas en Google para confirmar datos.
Seguro se acuerdan que en 2019 circuló un oficio de la dependencia para comunicar a los funcionarios que el 4 de febrero sería día de descanso obligatorio, pues el 5 se conmemora la Batalla de Puebla. Error, el 5 de febrero es el Día de la Constitución mexicana. Enseguida, en Twitter, la dependencia aseguró que se difundió un documento alterado y mostró uno corregido.
Por cierto, de los errores en Twitter deberían aprender en la Secretaría de Cultura de la CDMX, donde le cambiaron la nacionalidad al poeta Amado Nervo, de mexicana a uruguaya; y donde confundieron la imagen de Victoriano Huerta con la de Francisco I. Madero. ¿Las instituciones de cultura tendrán a los mismos community managers?
Frausto: si no puedes, ¡renuncia!
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